Consejo de Guardianes de Irán aprueba una ley que obliga al Gobierno a reanudar el enriquecimiento de uranio al 20 %
El Consejo de Guardianes de Irán aprobó este miércoles una ley que suspenderá las inspecciones de la ONU en sus instalaciones nucleares y obligará al Gobierno a aumentar el enriquecimiento de uranio más allá del límite establecido en el acuerdo nuclear de 2015, en caso de que las sanciones no se alivien en dos meses, informa la agencia Fars News.
La ley fue aprobada este martes por el Parlamento del país, que además pidió oficialmente al presidente, Hasán Rohaní, que implemente la normativa.
Rohaní, por su parte, criticó esas iniciativas del Parlamento como "perjudiciales para los esfuerzos diplomáticos" destinados a aliviar las sanciones de EE.UU., recoge Reuters. El líder supremo, el ayatolá Alí Jameneí, tiene la última palabra en todas las políticas nucleares.
Según la nueva legislación, Teherán podrá dar un lapso de dos meses a las partes europeas del acuerdo nuclear —el Reino Unido, Francia y Alemania— para aliviar las sanciones a los sectores financiero y petrolero de Irán, impuestas después que Washington abandonara el pacto en 2018.
Además, el Gobierno deberá reanudar al 20 % el enriquecimiento de uranio e instalar centrifugadoras avanzadas en sus instalaciones nucleares de Natanz y Fordo.
El acuerdo nuclear limita al 3,67 % la pureza fisionable a la que Irán puede refinar uranio, muy por debajo del 20 % logrado antes del pacto y todavía más del 90 % requerido para desarrollar armas nucleares. Teherán superó el límite de 3,67 % en julio de 2019 y el nivel de enriquecimiento se ha mantenido desde entonces estable en 4,5 %.
El pasado viernes, el principal científico nuclear iraní, Mohsen Fakhrizadeh, fue asesinado en Irán, en el marco de una operación "muy complicada" que se llevó a cabo con uso de equipos electrónicos y sin presencia de autores materiales en el lugar del crimen.
Este martes, el canciller de la nación, Mohamad Javad Zarif, tachó ese ataque de "cobarde acto terrorista" y declaró que fue una conspiración de EE.UU., Israel y Arabia Saudita lo que condujo al asesinato del científico, considerado por muchos el padre del programa nuclear de Irán.