El debate en comisiones de la Cámara de Diputados del proyecto de legalización del aborto enviado por el presidente Alberto Fernández culminó este jueves, luego de tres jornadas en las que 72 ciudadanos expusieron a favor y en contra de una iniciativa que puede convertir a Argentina en el tercer país de América Latina, después de Cuba y Uruguay, en reconocer el derecho a interrumpir voluntariamente los embarazos.
Los discursos repitieron los ejes que se abordaron en 2018, durante los cinco meses en los que casi 800 expositores participaron en el primer tratamiento parlamentario sobre la legalización del aborto en el Congreso, proyecto que logró ser aprobado por Diputados, pero que finalmente fue rechazado en el Senado.
En este segundo debate -cuya principal diferencia es que la iniciativa es impulsada desde el gobierno-, abogados, médicos, ministros y exministros de Salud, defensores de derechos humanos y militantes feministas explicaron que el aborto es un problema de salud pública, ya que pone en riesgo la vida de cientos de miles de mujeres que interrumpen sus embarazos, sobre todo de las más pobres que se ven obligadas a recurrir a prácticas clandestinas e inseguras, a lo que se suma la su criminalización, en vista de que la práctica está sancionada en el Código Penal, salvo que sea producto de una violación o ponga en riesgo la vida de la persona gestante.
También recordaron que el aborto está legalizado en todos los países del llamado primer mundo y que el principal resultado es que las mujeres dejaron de morir por intervenciones mal realizadas, además de que es mentira que su práctica incremente el gasto en salud, como plantean sus objetores, sino que ocurre todo lo contrario porque la interrupción ahora es farmacológica y la atención es ambulatoria.
Quienes apoyan la legalización ofrecieron estadísticas, estudios validados por la comunidad científica y análisis de legislaciones a nivel internacional, en tanto que los opositores presentaron principalmente argumentos religiosos, estudios sesgados y teorías conspirativas, la principal de ellas, que el Fondo Monetario Internacional (FMI) quiere que se apruebe el aborto en Argentina, lo que afectará la soberanía del país.
"El aborto ocurrió, ocurre y va a seguir ocurriendo, no discutimos aborto sí o no. Estamos discutiendo clandestinidad o aborto seguro", afirmó la médica Mabel Blanco al desmentir uno de los eslóganes más utilizados por quienes se oponen a este derecho, bajo la falsa premisa de que se está "a favor o en contra" de la vida.
"Los que estamos a favor del aborto defendemos la vida", advirtió también la filósofa Diana Maffía, en un esfuerzo por rescatar una palabra que ha sido apropiada por los activistas antiaborto que, siempre bajo conceptos religiosos, se niegan a que las mujeres puedan decidir sobre sus propios cuerpos.
Dios omnipresente
Durante las tres jornadas de exposiciones, de los 36 oradores en contra de lalegalización, 20 fueron hombres, entre ellos pastores evangélicos, sacerdotes católicos, rabinos y el presidente del centro islámico de Argentina. La mayoría de ellos, también, son egresados o docentes de la Universidad Católica Argentina o de la Universidad Austral, dos de las instituciones privadas y religiosas más influyentes del país.
"Señores diputados y senadores, no se coloquen en el lugar de Dios, dejen que la ciencia hable seriamente", afirmó de manera contradictoria el cura José María di Paola, mejor conocido como 'Padre Pepe'.
El abogado Hernán Munilla Lacasa, por su parte, afirmó que las mujeres no pueden decidir solas el aborto porque no tienen en cuenta "al que aporta la mitad de los cromosomas", es decir, al padre.
Mientras que Andrea Imbroglia, representante de la organización católica Cáritas, pidió: "a las mujeres que quieren abortar y son pobres, por favor, envíenlas con nosotros, nosotros nos ocupamos",aunque cuando ello ocurre, tratan de convencerlas de ser madres aunque no lo deseen.
Uno de los argumentos más reiterados para rechazar la legalización fue que en realidad no hay tantas muertes por abortos, a pesar de que precisamente, por ser una práctica ilegal, no hay estadísticas confiables sino estimaciones de que más de 70 mujeres fallecen al año por haber querido interrumpir sus embarazos. Otra de las premisas repetidas es que "la vida comienza desde la concepción", una hipótesis sin consenso en la ciencia pero que, además, no es lo que está a discusión en el proyecto de ley.
Además, se insistió en que la iniciativa permitirá abortar hasta el noveno mes de embarazo, lo que es falso, ya que solo legaliza el aborto hasta la semana 14 de gestación, periodo que rige en otros países, y después solamente en casos excepcionales en que esté en riesgo la vida de la mujer.
"La vida le pertenece a Dios, él determina la hora de nacer y la hora de morir", insistió el pastor Osvaldo Carnival, en tanto que otros opositores aseguraron que hay muchos problemas de salud más graves que el aborto y que por eso no es urgente ni necesario legalizarlo. Lo equipararon, también, con un genocidio y aseguraron que después de la interrupción voluntaria del embarazo, ya solo faltará aprobar "el asesinato de ancianos".
El obispo Gustavo Carrara se sumó a las teorías conspirativas. "La delicada negociación de la deuda externa no puede hacerse a costa de generar más deudas sociales", dijo al referirse a la presunta influencia del FMI, que ya había desglosado el Padre Pepe.
"Cuando hace dos años destacamos la innegable vinculación entre la legalización del aborto y las políticas de la usura internacional, varios medios de comunicación vinculados al oficialismo nos atacaron duramente. Frente a esta ofensiva, durante las últimas semanas, el Ministerio de Economía tomó medidas que podrían calificarse como estabilizadoras o como 'pro-mercados'. En estas gestiones hubo hechos de muy difícil calificación como mera coincidencia", acusó el cura, al especular sobre la relación de la llegada de una misión del FMI a Argentina en simultáneo con el proyecto de legalización.
De fetos y embriones
Uno de los argumentos más controvertidos para rechazar el derecho al aborto fue el del abogado Siro de Martini, quien lamentó que se discuta en estas fechas festivas. "Nunca es oportuno debatir este tema, pero justo en este año y antes de Navidad, que muchos estamos esperando para pasar las fiestas en paz, es un despropósito".
Ségolene Du Closel, profesora francesa de la Universidad Católica, lamentó los 45 años de aborto legal que ha habido en su país natal y retomó la teoría de los presuntos aportes a la humanidad que podrían haber hecho los no nacidos, como "panadería" y "patinaje sobre hielo", además de que aseguró que había aprendido que "en Argentina siempre hay lugar para un hijo más".
En el mismo sentido, la médica Gisela Reynaga aseguró que el problema "no es porque vaya a matar a su hijo", sino el hecho de que se va a "privar a toda la sociedad de ese argentino". Y agregó: "Sabemos de personas que han sobrevivido al flagelo del aborto y hoy son referentes de nuestra sociedad: pintores, cineastas, jugadores de futbol".
La médica María Urraza habló de "fetos que lloran", mientras que el biólogo Jorge Aquino aseguró que "en la tercera semana de vida el embrión produce su propia sangre". En esa misma línea, el obstetra Ernesto Beruti se quejó porque "el embrión no tiene buena prensa".
Guadalupe Batallán, quien se presentó como egresada del Colegio Nacional e "investigadora sobre el aborto", acusó que se quiere imponer "el mayor genocidio social" y les preguntó a los diputados: "¿Van a atreverse a votar como inmorales?".
En tanto, la abogada y periodista Ana Belén Marmora denunció que se busca "un descarte selectivo" de seres humanos para después presentar un supuesto estudio que, según ella, demuestra que la mayoría de las mujeres vota por presiones de sus familias y sus parejas, no por voluntad propia.
El pastor Osvaldo Carnival eligió un tono amenazante, ya que advirtió a los diputados que los electores de las provincias recordarán muy bien quiénes votaron por la legalización del aborto, un derecho que no es tal y por el que, afirmó, solo pelea "una minoría burguesa" de Buenos Aires, a pesar de que las movilizaciones en favor de la interrupción voluntaria del embarazo son multitudinarias en todo el país.
Fantasía
Entre los expositores que se oponen a la legalización, el que concitó mayores reflectores fue el abogado Fernando Toller, quien cerró su discurso con una confusa alusión a 'El señor de los anillos', la popular novela escrita por J. R. R. Tolkien.
"Están charlando Gandalf con Frodo en El Señor de los Anillos y Frodo se queja y dice 'che, qué pena que Bilbo no mató a Gollum cuando tuvo oportunidad, nos estuviéramos ahorrando toda esta guerra'. Y Gandalf le dice: '¿Puedes tu devolverle la vida? Entonces no te apresures a dispensar la muerte. Incluso el más sabio de los hombres no puede ver el final de todos los caminos. Señores diputados, señoras diputadas, démosle una oportunidad a cada ser humano", conminó, lo que derivó de inmediato en una catarata de memes.
Después de la tercera y última jornada de exposiciones, las comisiones de Legislación General, Salud, Mujeres y Diversidad y Legislación Penal se reunirán para consensuar un dictamen, que se prevé será votado en la sesión plenaria de la Cámara de Diputados el próximo jueves.
Cecilia González
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