Científicos revelan a qué tres edades es más dañino el alcohol para el cerebro

Un nuevo estudio determina las etapas de vida humana en las que el consumo de bebidas alcohólicas es más peligroso.

Un grupo internacional de científicos de Australia y de Reino Unido ha determinado las tres franjas de edad en las que el cerebro humano se muestra más vulnerable frente al consumo de alcohol. En la investigación, publicada en la revista British Medical Journal (BMJ), se confirma el efecto nocivo global que causa el consumo del alcohol en el organismo, así como sus daños irreparables en el cerebro.

El efecto más nocivo del alcohol se observa en el cerebro del feto durante el embarazo. Si la madre se excede en el consumo de alcohol, aumentarán los riesgos de deterioro neurológico permanente en el hijo, que también podrá verse afectado por defectos congénitos conocidos como trastornos del espectro alcohólico fetal. Incluso el consumo moderado o escaso se asocia en gran medida con peores resultados psicológicos o conductuales de los niños, advierten los investigadores.

Riesgos similares se presentan entre los 15 y 19 años, cuando el consumo excesivo está vinculado con una disminución del volumen cerebral, de la conectividad funcional de las células nerviosas, así como con cierto déficit de la función cognitiva.

El tercer grupo de riesgo lo representan los mayores de 65 años. Aunque el consumo excesivo de alcohol no es tan frecuente a esa edad, las consecuencias son dañinas para el cerebro incluso si la cantidad de etanol en sangre es escasa.

El estudio también concluye que el alcohol es uno de los factores de riesgo modificables para cualquier tipo de demencia (en particular de inicio precoz).

Tras constatar los efectos adversos del alcohol en el cerebro, los autores insisten en que sus hallazgos "están limitados por la naturaleza observacional de los análisis" y abogan por una mayor replicación de los resultados con un mayor enfoque en modelos causales. De esta forma, los científicos creen que se podría "aumentar la longevidad y la calidad de vida", al lograr "reducirse la prevalencia de los trastornos del espectro alcohólico fetal, el desarrollo neurocognitivo aberrante en la adolescencia y la demencia en la edad adulta".