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El precario sistema de salud en México: ¿hasta qué punto influyó para posicionar a este país como el cuarto con más muertes por covid-19?

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Una "subinversión crónica" durante décadas, falta de médicos, equipo y medicinas, hospitales abandonados y un aumento de comorbilidades explican parte de las cifras.
El precario sistema de salud en México: ¿hasta qué punto influyó para posicionar a este país como el cuarto con más muertes por covid-19?

El deterioro crónico del sistema nacional de salud de México podría ayudar a explicar mejor el alto número de muertes registradas en el país latinoamericano en medio de la pandemia de covid-19.

Con más de 118.000 fallecidos, México es el cuarto país del mundo con más muertes por covid-19, después de EE.UU., Brasil e India. Asimismo, el país latinoamericano ocupa el lugar 13 a nivel mundial en fallecidos en proporción al tamaño de su población, con una tasa de 91,74 muertes por cada 100.000 habitantes.

De acuerdo con expertos, el alto índice de enfermedades como hipertensión, obesidad y diabetes, aunado a la precarización de los servicios de salud en los últimos años, podrían ayudar a entender mejor la contingencia sanitaria que enfrenta México, al mismo tiempo que el Gobierno busca resolver viejos problemas en medio de la epidemia.

¿Sistema de salud como Dinamarca?

En enero de 2020, el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, declaró que en diciembre de este mismo año el sistema de salud en México estaría funcionando "con normalidad, con servicio de calidad, atención médica, medicamentos gratuitos, como los servicios de salud que hay en otras partes del mundo, como en Dinamarca, así aspiramos, como en Canadá o Reino Unido", dijo.

Una declaración que desató una oleada de críticas y reproches en redes sociales a principios de este mes, tras un año marcado por la pandemia de covid-19.

Pese al optimismo del mandatario, los datos disponibles y las opiniones de expertos en la materia señalan que remontar el rezago que tiene México en el sector salud podría tomar varias décadas.

Poca inversión en salud

"Hay un problema crónico que explica muchos de los problemas que tenemos en el sistema mexicano de salud. Estamos invirtiendo muy poco en el sector salud, como proporción de nuestra riqueza, y este es un problema que no han podido resolver ninguna de las últimas administraciones", explica en entrevista con RT Octavio Gómez Dantes, investigador del Sistema Nacional de Salud Pública de México.

El bajo monto destinado a la salud ha sido una constante en la historia de México, pero los expertos coinciden en que la situación se agravó a partir de la década de 1980. Entre 1993 y 2017, el país invirtió un promedio anual de 2,72 % de su Producto Interno Bruto (PIB) en salud pública, según datos de la Secretaría de Salud. En 2020, el gasto de salud en México fue de 2,5 % del PIB.

Una cifra muy por debajo (menos de la mitad), de la recomendada por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que estima que los países deben destinar al menos el 6 % de su riqueza para garantizar el acceso de su población a los servicios de salud pública. Este monto también se encuentra por debajo de la media en América Latina, que en promedio invierte el 3,7 % del PIB en la salud pública. 

Además, el país latinoamericano es el integrante de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) con el menor gasto per cápita en salud, según un informe de 2019.

México gasta apenas 1.138 dólares por habitante en salud, suma que incluye tanto el presupuesto público como el dinero que cada habitante dispone de sus ingresos para financiar su salud, fenómeno que ha ido a la alza en los últimos años. La OCDE estima que el 41 % de este monto proviene del bolsillo de los mexicanos.

De este modo, el gasto en salud por cada mexicano representa una cifra inferior en comparación a otros países latinoamericanos como Chile (2.182 dólares por habitante); Argentina (1.907); Costa Rica (1.285 dólares) y Brasil (1.282 dólares).

El dinero invertido en salud en México, en proporción al tamaño de su población, es diez veces menor que en EE.UU. (10.585 dólares) y muy inferior a países del norte de Europa como Suiza (7.317 dólares), Noruega (6.187 dólares), Alemania (5.986 dólares), Suecia (5.447 dólares), Austria (5.395 dólares) o Dinamarca (5.299 dólares), que lideran en este rubro. 

México ha registrado un recorte presupuestal de salud en los últimos cinco años, situación que explica parte de la vulnerabilidad con la que enfrentó la pandemia de covid-19

"Si nosotros queremos aspirar a tener un sistema de salud como en esos países, lo primero que hay que hacer es duplicar el gasto en salud. No hay manera de alcanzar ese nivel de atención si no le damos el mismo nivel de prioridad", señala Gómez Dantes.

Pese a ello, México ha registrado un recorte presupuestal de salud en los últimos cinco años, situación que explica parte de la vulnerabilidad con la que enfrentó la pandemia de covid-19.

"La salud no ha sido prioridad de los gobiernos, lo que ha significado la disminución al sector, desde el año 2015, a su presupuesto, sin olvidar el problema de la corrupción y tráfico de influencias que han enriquecido a los altos funcionarios públicos y sus cómplices privados", sostiene la Secretaría de Salud en el Programa Nacional de Salud.

Esta situación agudizó muchos de los problemas que existían de tiempo atrás. 

"México presentaba desde los años de 1980 una subinversión en salud. Desde hace muchísimo años a la salud no se le ha dado el lugar que se merece", señala Gómez Dantes. El experto considera que, si bien resulta sensato aspirar a servicios de salud equiparables a los del norte de Europa, "esto no se logra ni con todo el dinero del mundo en un año, porque se necesitan muchísimas reformas".

Déficit de camas y doctores

La falta de inversión se ha traducido en falta de acceso la salud y un servicio deficiente.

La Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut) 2018 muestra que el 18,7 % de los mexicanos, equivalente a 23,5 millones de personas, no tiene acceso a servicios de salud.

Pero aun los mexicanos que tienen cobertura con algún sistema de seguridad social, tienen que enfrentar deficiencias en el servicio ante la falta de médicos, enfermeras, medicamentos y hospitales.

De acuerdo con datos de la OCDE, México tiene apenas 3,3 camas de cuidados intensivos por cada 100.000 habitantes. Una cifra muy por debajo de las 20,6 camas de Brasil; las 18,7 de Argentina; las 10,5 de Colombia o las 7,3 de Chile.

Asimismo, México tiene 2,4 médicos por cada 1.000 habitantes. Una cifra por debajo de Argentina (4 médicos) y Costa Rica (3,1), pero superior a Brasil (1,8), Colombia (2,2) y Perú (1,3).

El país, además, registra un menor número de enfermeras (2,9) por cada 1.000 habitantes en comparación a países como Cuba y Costa Rica, pero superior respecto a países como Chile, Argentina, Uruguay, Perú o Brasil.

Hospitales y privatización

Aunque México tiene un alto número de hospitales en relación al tamaño de su población, con una tasa de 37,9 hospitales por cada millón de habitantes —cifra superior a países como Alemania (37,31), EE.UU. (19,11), Italia (17,53) o España (16,71)— el deterioro de la infraestructura y la falta de equipo son una de las mayores complicaciones del Gobierno actual.

Un ejemplo de esto es que en 2019 existían al menos 326 hospitales y unidades médicas públicos que fueron construidos y quedaron inconclusos durante la administración anterior.

Además, el país tiene una fuerte dependencia hospitalaria del sector privado. En México existen cerca de 4.707 hospitales, de los cuales 29 % son públicos y 71 % privados.

Las malas condiciones del servicio público de salud explican en buena medida el por qué más del 30 % de los derechohabientes con seguridad social prefieren utilizar servicios privados de salud.

"Estas cifras nos alertan sobre las deficiencias en el acceso y posiblemente en la calidad de los servicios públicos de salud", lo cual ha llevado a "un alto porcentaje de personas con derecho a la prestación de servicios públicos a preferir la utilización de servicios privados, a pesar de tener que cubrir su costo", señala la Secretaría de Salud en la Ensanut 2018.

Con esta situación, se ha producido un auge en las últimas décadas de los consultorios particulares en farmacias.

"Aproximadamente un poco más de la mitad de las atenciones de primer nivel de consulta externa general que se brindan en el país son proporcionadas por los consultorios adyacentes a farmacias", explica Edgar Jarillo, coordinador de Posgrados de Ciencias Biológicas y de Salud de la Universidad Autónoma Metropolitana campus Xochimilco.

Precariedad en tiempos de pandemia

El Gobierno mexicano asegura que el rezago en el sistema de salud en México es consecuencia de las políticas neoliberales implementadas durante los últimos 36 años, en los que se impulsó un proceso de descentralización del sector. 

Sin embargo, los expertos consultados difieren sobre esta afirmación.

Por un lado, Jarillo sostiene que las políticas neoliberales, más allá del ámbito de la salud, crearon un cambio en el perfil epidemiológico de la población mexicana, lo cual se explica por cambios en el patrón de alimentación que detonaron una epidemia sin precedentes de comorbilidades como obesidad, diabetes e hipertensión. 

"Lo que ha hecho el covid-19 es atacar más fuerte porque ya teníamos una población insana, por razones de la alimentación, de ingresos bajos"

"Hay un conjunto de situaciones que, de manera indirecta, se vinculan con la lógica neoliberal y explican la presencia tan amplia de la población en este conjunto de enfermedades. Si a eso se le suma la dificultad de los servicios de salud para atender de manera adecuada, efectivamente también permite explicar la situación de comorbilidades tan alta que hoy tenemos", explica Jarillo.

Estas enfermedades representan actualmente el principal problema para el sector salud y explican la mitad de los fallecimientos por covid-19 en México.

"Lo que ha hecho el covid-19 es atacar más fuerte porque ya teníamos una población insana, por razones de la alimentación, de ingresos bajos", señala Jarillo.

En contraparte, Gómez considera que en la actual administración existe una "estigmatización" respecto a los avances que existieron en las décadas pasadas, como la creación del Seguro Popular (hoy transformado en el Instituto de Salud para el Bienestar, INSABI) o la creación de hospitales regionales de alta especialidad.

Esfuerzos que, pese a marcar un precedente importante, no fueron suficientes para remontar el rezago, tal como queda de manifiesto con los médicos que deben poner dinero de su bolsillo para comprar sus propios equipos de protección contra el covid-19. Un fenómeno que explica, en parte, el alto número de fallecimiento de médicos y personal de salud que registra México durante la pandemia. 

Mientras Jaramillo considera positivos los cambios impulsados por la actual administración en materia de salud, Gómez señala que el plan de recentralizar los servicios hospitalarios es un "engendro y su implementación es un desastre", al carecer de un plan sólido.

Todo esto, en medio de una pandemia que ha sacudido al país al mismo tiempo que la corrupción y los reclamos por falta de medicamentos han sido una constante.

"El costo de combatir la corrupción no puede ser que no haya medicamentos. Antes, había corrupción pero había medicamentos; ahora no hay medicamentos y no estamos seguros de que haya acabado la corrupción", señala Gómez.

Manuel Hernández Borbolla

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