A lo largo de la historia, se estimaba que las avanzadas civilizaciones agrícolas que habitaban la cuenca del mar de Aral y sus afluentes entraron en un periodo de decadencia a partir de las invasiones mongolas lideradas por Gengis Kan a principios del siglo XIII. Sin embargo, los resultados de una nueva investigación sobre la dinámica de los ríos y antiguas redes fluviales de la zona apuntan a una serie de condiciones climatológicas desfavorables como las responsables del abandono del área.
Según explica la Universidad de Oxford a través de un comunicado, gracias a una técnica conocida como datación por luminiscencia, el equipo pudo reconstruir los efectos del cambio climático en los sistemas de agricultura de riego por inundación de la región, principalmente en los canales de irrigación del oasis de Otrar, una antigua área comercial de la Ruta de la Seda situada en el actual Kazajstán meridional.
Los resultados de los análisis, publicados este lunes en PNAS, sugieren que el abandono de los sistemas de irrigación y de las florecientes ciudades-Estado de la zona coincide con una fase de erosión del lecho del río entre los siglos X y XIV y no con las posteriores invasiones mongolas.
Este periodo, detallan los académicos, se caracterizó por una marcada disminución del caudal de los ríos, así como por grandes sequías, eventos que, irremediablemente, tuvieron un gran impacto en la economía y las sociedades agrícolas que habitaban la región.
"Este nuevo estudio demuestra la importancia de poner a prueba el papel de la variabilidad climática y ambiental en el éxito y la desaparición de la civilización y la sociedad del pasado", comentó Julie Durcan, coautora de la investigación.
"En contraste con la opinión que se tenía anteriormente de que la guerra y la invasión condujeron a la desaparición de las civilizaciones fluviales de Asia Central, demostramos la importancia de los ríos y la hidrología para la historia de la región de la Ruta de la Seda", concluyó la científica.
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