La Conferencia Episcopal de Argentina denunció que el gobierno tiene una "febril obsesión por instaurar el aborto", a solo una semana de que el Senado debata el proyecto que legaliza la interrupción voluntaria del embarazo hasta la semana 14 y a partir de los 16 años, y que ya fue aprobado en la Cámara de Diputados.
"Esta Navidad nos encuentra en un momento histórico donde necesitamos una ardua reconstrucción: de las fuentes de trabajo, de la educación, de las instituciones, de los lazos fraternos. Muchas cosas se han roto y necesitan ser sanadas. Es momento de agradecer al pueblo argentino su paciencia, su cooperación, su resistencia", señaló el órgano católico en un documento titulado "Por qué no renovar la esperanza".
Sin embargo, advirtió, "en estas últimas semanas el panorama se ha ennegrecido: la opción política pasó a ser una incomprensible urgencia, una febril obsesión por instaurar el aborto en Argentina, como si tuviera algo que ver con los padecimientos, los temores y las preocupaciones de la mayor parte de los argentinos".
Otra cosa sería defender los derechos humanos de los débiles, agrega el comunicado, de tal manera que no se los nieguen aunque no hayan nacido.
"Para quienes esperan empezar un año mejor, esta agenda legislativa no les trae esperanzas. Hay miles de cuestiones sanitarias y sociales a resolver, que requieren toda nuestra atención: desde los problemas de la vacunación hasta la cantidad de personas muy enfermas que este año no han recibido adecuada atención médica, pasando por las mujeres que sufren violencia o no tienen un trabajo digno", lamentó la Conferencia Episcopal.
En lugar de atender todas estas problemáticas, acusó la cúpula eclesiástica, lo que se les ofrece "en este momento duro e incierto es el aborto, y eso es un golpe a la esperanza".
El Episcopado afirmó que las fiestas navideñas hacen pensar en la dignidad de cada vida y recuerdan cuánto vale un ser humano.
"El Papa Francisco quiso insistirnos en este punto en su última encíclica, de modo que la pandemia no nos deje iguales sino que nos vuelva más apasionados para defender toda vida: la vida de un anciano, de un discapacitado, de un enfermo, de un niño por nacer", señaló.
La acusación contra el gobierno forma parte de la campaña que llevan a cabo Iglesias de todas las religiones para cuestionar el proyecto de legalización, que se discute por segunda vez en el Congreso, y que tendrá su capítulo decisivo el próximo martes, cuando se vote en el Senado.
Hasta ahora no hay certezas sobre el resultado, ya que a pesar de que es un proyecto impulsado por el presidente, no todos los senadores oficialistas votarán a favor ni los opositores en contra. En este clima, las presiones de las entidades religiosas se han intensificado, sobre todo en contra de las y los legisladores de las provincias más conservadoras.