El Ministerio de Exteriores de Rusia ha tachado de "inadmisible" la imposición por parte de la Unión Europea de medidas restrictivas contra varios ciudadanos del país "bajo el pretexto de su supuesta implicación en el incidente con el ciudadano ruso Alexéi Navalny" y ha adelantado que, en respuesta, Moscú ampliará la lista de representantes de la UE a los que se prohíbe la entrada en territorio de Rusia.
"Los países que iniciaron este paso no han presentado pruebas sobre este caso no solo ante las autoridades rusas, pese a nuestras reiteradas solicitudes enviadas a ellos, sino tampoco ante sus propios socios de la UE", señala el ministerio en un comunicado.
"En un clima de prisa y secretismo, el Consejo de la Unión Europea adoptó una decisión política de confrontación que va en contra de las prerrogativas jurídicas internacionales del Consejo de Seguridad de la ONU y de los principios de Helsinki de no intervención en los asuntos internos, de cooperación entre los Estados y de cumplimiento de buena fe de las obligaciones derivadas del derecho internacional", agregó la Cancillería rusa.
En la lista de los ciudadanos europeos sancionados por el Kremlin se incluirá a "los implicados en la exacerbación de la actividad de las sanciones antirrusas dentro de la UE". El Ministerio de Exteriores ruso ya ha notificado su decisión a los embajadores de Alemania, Francia y Suecia, así como a la delegación de la UE en Moscú.
- El opositor ruso Alexéi Navalny, intoxicado en agosto con un agente nervioso del grupo Novichok, según los especialistas de un laboratorio especial alemán, culpa al presidente Vladímir Putin de haber ordenado su asesinato. Este lunes, el político publicó una conversación telefónica en la que habría ocultado su identidad para hablar con un supuesto agente del Servicio Federal de Seguridad de Rusia (FSB) presuntamente implicado en su envenenamiento, quien le habría revelado detalles de la operación.
- El FSB respondió a la noticia declarando que se trata de una "falsificación" y una "provocación planificada" para desacreditarlos. Putin, por su parte, negó la responsabilidad del Estado ruso en lo ocurrido a Navalny y tachó la investigación periodística realizada por Bellingcat, The Insider y otros medios, que concluyó que detrás del envenenamiento del opositor estaba un grupo de agentes del FSB, de "legalización de materiales de los servicios de inteligencia estadounidenses".