El Comité de Investigación de Rusia anunció este martes que abrió un caso penal contra el opositor ruso Alexéi Navalny, por malversación de donaciones recibidas por varias de sus organizaciones y que alcanzan un valor de 356 millones de rublos (más de 4,8 millones de dólares).
De acuerdo con la investigación, personas naturales han donado más de 588 millones de rublos (por encima de 7,9 millones de dólares) para las necesidades de diversas asociaciones sin fines de lucro cuyo "jefe real" es Navalny. Entre estas entidades se encuentran la Fundación Anticorrupción y la Fundación para la organización y coordinación de la protección de los derechos de los ciudadanos.
Según esto, Navalny, "actuando junto con otras personas", supuestamente gastó de esa cifra más de 356 millones de rublos para "fines personales", como "la adquisición de propiedades privadas, bienes materiales y pago de gastos, incluyendo vacaciones en el extranjero". "Por lo tanto, los fondos recaudados de los ciudadanos fueron robados", declaró el Comité de Investigación.
El opositor es acusado de fraude masivo. "Actualmente se están llevando a cabo actividades de investigación encaminadas a establecer todas las circunstancias del delito, así como a identificar a otras personas involucradas", agregó el organismo.
Por su parte, Navalny aseguró que esta causa penal se produce como respuesta a la investigación que adelanta acerca de su supuesto envenenamiento en agosto pasado.
Este lunes, el Servicio Penitenciario Federal ruso informó que Navalny, quien actualmente se encuentra en Alemania, debe regresar a Rusia para cumplir con los términos de su pena de prisión condicional por una condena anterior, conectada con un caso de fraude relacionado con la empresa Yves Rocher Vostok. Desde el organismo sostuvieron que el opositor ya no recibe atención hospitalaria y, por lo tanto, "no está cumpliendo con las obligaciones que le impone el tribunal". A principios de este mes, Navalny dijo que regresaría a Rusia cuando pudiera.
El caso Navalny
Navalny fue hospitalizado en la ciudad rusa de Omsk el 20 de agosto, cuando durante un vuelo se sintió repentinamente mal. Más tarde fue trasladado a Berlín, Alemania, para recibir tratamiento.
El 2 de septiembre, el Gobierno alemán anunció que los resultados de las pruebas del laboratorio especial de la Bundeswehr concluyeron que el opositor ruso había sido envenenado con un agente químico nervioso del grupo Novichok.
A mediados de diciembre, los portales Bellingcat y The Insider publicaron una investigación conjunta con la CNN y Der Spiegel, en la cual afirman que identificaron a los implicados en el supuesto envenenamiento de Navalny. En ese trabajo se alega, en particular, que un grupo de integrantes del Servicio Federal de Seguridad de Rusia (FSB) estuvo siguiendo los pasos del opositor durante años y está detrás del presunto intento de matarlo.
Al comentar esas publicaciones, el presidente de Rusia, Vladímir Putin, declaró el pasado 17 de diciembre que "no es una investigación, sino la legalización de materiales de los servicios especiales estadounidenses", y sugirió que Navalny cuenta con el apoyo de servicios de inteligencia extranjeros.
Previamente, el mandatario ruso señaló que la Fiscalía General y el Comité de Investigaciones están revisando toda la información disponible acerca del posible envenenamiento de Navalny, pero no pueden abrir un caso penal por falta de evidencias relevantes. Putin recordó que la Fiscalía rusa ha pedido repetidamente a sus socios extranjeros que le envíen "al menos una conclusión oficial escrita sobre los resultados de su investigación". Según el mandatario, no solo "nadie" entrega a Rusia los materiales que pide, sino que tampoco pueden "explicar por qué" no lo hacen. "Estamos listos para aceptarlos: vengan con los materiales, muéstrennos dónde está ese 'Novichok'", señaló Putin.