¡Estimados ciudadanos de Rusia! ¡Queridos amigos!
En pocos minutos acabará el año 2020. Cuando hace justo un año celebramos su llegada, nosotros, al igual que gente de todo el mundo, soñábamos con cambios a mejor. En aquel momento nadie podía imaginar las pruebas por las que debíamos pasar. Ahora parece que el año que se nos va ha reunido en sí varios años de adversidades. Ha sido duro para todos y cada uno de nosotros, lleno de aflicciones y grandes dificultades materiales, lleno de inquietud, y algunos han tenido que lamentar la amarga pérdida de seres queridos. Pero, sin duda, el año pasado también tuvo mucho que ver con la esperanza de vencer las adversidades, con el orgullo por aquellos que manifestaron sus mejores cualidades como personas y como profesionales, con la comprensión de lo importante que son las relaciones sólidas, sinceras y genuinas entre las personas, la amistad y la confianza entre nosotros.
Este año lo hemos superado juntos, con dignidad, como corresponde a un pueblo unido que respeta las tradiciones de sus antepasados
Valores como el coraje, la compasión y la misericordia residen en nuestros corazones, nuestro carácter y nuestras acciones. Hemos tomado ejemplo de nuestros veteranos, la gloriosa generación que derrotó la plaga del nazismo, y hemos cumplido pese a todo con nuestro sagrado deber filial: con gratitud y reconocimiento conmemoramos el 75 aniversario de la Gran Victoria. Sí, el nuevo peligroso virus es hoy otro. Ha alterado nuestra forma de vivir, trabajar y estudiar. Nos ha hecho reconsiderar y adaptar muchos de nuestros planes. Pero así es como funciona el mundo, los desafíos son inevitables. Nos hacen reparar con mayor atención en la vida, escuchar a nuestra conciencia, descartar lo mezquino y superficial y apreciar lo que es verdaderamente más importante: el don de la vida humana, la familia, nuestros padres y madres, abuelos y abuelas, nuestros hijos, tanto los más pequeños como los ya algo mayores, nuestros amigos y compañeros, la ayuda desinteresada y la energía común de las buenas obras, tanto las grandes, a la escala de todo el país, como las pequeñas, a la escala de un barrio, una calle o un edificio, que no por ello son menos relevantes.
Los desafíos y las desgracias acaban por quedar atrás
Siempre ha sido así. Y nos quedamos con lo más importante, cuanto nos hace nobles y fuertes: el amor, la comprensión, la confianza y el apoyo mutuos. Por eso quiero desearles que las dificultades de este año caigan cuanto antes en el olvido, y que todo lo que hemos adquirido, todo lo mejor que se haya revelado en cada uno, se quede con nosotros para siempre. Hoy es muy importante creer en nosotros mismos, no retroceder ante las dificultades, apreciar nuestra unidad: esa es la base de nuestros éxitos comunes en el futuro. Estoy convencido de que juntos lo superaremos todo, restauraremos la vida normal y volveremos a ella, y con renovado vigor seguiremos resolviendo las tareas que aguardan a Rusia en la tercera década del siglo XXI.
Queridos amigos, no todos están sentados a la mesa de Nochevieja ahora mismo, mucha gente sigue en los hospitales. Y estoy seguro de que todos ellos sienten el apoyo de sus familiares y amigos. Les deseo sinceramente, queridos amigos, que superen la enfermedad y vuelvan a casa lo antes posible.
Por desgracia, aún no hemos logrado detener la epidemia por completo. La lucha contra ella no se detiene ni un minuto. Los médicos, las enfermeras y los equipos de las ambulancias siguen trabajando con valentía. Muchos de ellos están de servicio esta noche festiva. Y no solo ellos: el personal de los servicios de emergencia, los militares en puntos conflictivos fuera de Rusia, el personal de mantenimiento de la paz y las unidades de combate del Ejército y la Marina llevan a cabo sin cesar y con gran responsabilidad tareas de gran complejidad. Gracias a quienes prestan sus servicios día y noche y están en su puesto en cualquier circunstancia, los ciudadanos de Rusia pueden reunirse hoy tranquilamente en casa con sus seres queridos, tener las mejores esperanzas, hacer planes para celebrar el Año Nuevo y pedir los deseos más anhelados.
Queridos amigos, en estos momentos, pensemos en lo más grato: en la paz y la prosperidad, en la felicidad y la alegría para nuestros seres queridos y para todo nuestro país. Quisiera dar las gracias a cada uno de ustedes porque estamos juntos. Porque al sentir el firme brazo de quien camina a nuestro lado, Rusia se convierte en una gran familia. De todo corazón, quiero desearles a todos buena salud, fe, esperanza y amor como a amigos cercanos y queridos. ¡Muchas felicidades para el nuevo año 2021! ¡Felices fiestas, queridos amigos!