Propietarios de los nuevos Tesla Model 3 y Model Y 2021 sufren problemas con el sistema de calefacción en pleno invierno
Varios propietarios de los nuevos Tesla Model 3 y Model Y 2021 han estado informando de graves problemas con la calefacción de sus vehículos durante los meses fríos. El sistema simplemente está dejando de funcionar, aseguran usuarios citados por el portal especializado Electrek.
De acuerdo con el testimonio de Nathalie Desrosiers, dueña de un Model 3, el control climático de su coche dejó de producir aire caliente el pasado diciembre tras una semana de haberlo adquirido y usado en Quebec (Canadá), donde actualmente es invierno.
Desrosiers acudió a las oficinas de Tesla y le entregaron otro automóvil temporalmente, pero no le ofrecieron explicaciones sobre el fallo del suyo. Su vehículo se encuentra en reparación y podría no estar listo antes del 11 de enero, le informaron. Al respecto, Electreck asegura que los centros de servicio de Tesla en Quebec están ocupados trabajando en muchos otros coches con los mismos inconvenientes.
Asimismo, en foros de Tesla y grupos en Facebook en otras zonas con temperaturas bajas, como esa provincia canadiense, donde los vehículos de la compañía de Elon Musk son populares, están siendo cada vez más frecuentes las quejas de propietarios del nuevo Model 3 2021 sobre el mismo problema.
El portal señala que, aunque los autos eléctricos de Tesla rinden bien en el frío, tras la llegada del Model 3 al mercado en 2017 ya habían sido reportados algunos defectos importantes en bajas temperaturas, como la congelación de las ventanas, manijas y el puerto de carga. En ese entonces, la compañía estadounidense abordó el problema.
Este es el primer invierno que afrontan las ediciones 2021 de ambos modelos y se espera que eventualmente Tesla evalúe y corrija las fallas de calefacción. Aunque la razón de las quejas actuales no está clara, podría estar relacionada con la bomba de calor, una actualización del sistema de climatización que Tesla ha incluido en los Model 3 y Model Y, destinada a aumentar la autonomía en climas fríos. Esta adición ha resultado ser más eficiente que el calentamiento resistivo, que consume más energía, ya que aprovecha el calor residual emitido por los componentes eléctricos del vehículo para calentar su interior, permitiendo realizar más kilómetros con la misma carga de batería.
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