El Gobierno argentino confirmó este viernes que durante dos semanas se restringirá la circulación de personas desde la medianoche hasta el amanecer, pero aclaró que la franja horaria y las medidas específicas serán diferenciadas acorde con lo que decida cada provincia, ya que el impacto de la pandemia no es igual en todo el país.
Las novedades de la estrategia para enfrentar el rebrote de covid-19 se definieron después de una jornada plagada de confusiones en el manejo de la información oficial y de filtraciones sobre la posibilidad de que el gobierno impusiera un toque de queda nocturno en el territorio nacional, lo que derivó en un alud de críticas por parte de la oposición política y mediática.
El jefe de Gabinete, Santiago Cafiero; el ministro de Turismo, Matías Lammens, y la subsecretaria de Salud, Carla Vizotti, encabezaron una conferencia de prensa que puso fin a las especulaciones que circularon durante el jueves entre declaraciones de funcionarios y especulaciones de periodistas.
"Las medidas que estamos detallando y anunciando tienen que ver con la estrategia sanitaria y, fundamentalmente, con el comportamiento de la pandemia en este último mes. Evidentemente debemos tener medidas que apuntan a bajar la carga de circulación de personas, bajar contagios", dijo Cafiero al explicar la importancia de reducir la circulación de personas.
Recordó, además, que estas medidas ya se han tomado, con mayor o menor rigidez, en otros países como Perú, Chile, Reino Unido o Grecia para frenar el impacto de la nueva oleada de contagios que recorre el mundo.
En el caso de Argentina, dijo, las autoridades detectaron que el número de contagios aumentaba a partir de las actividades nocturnas porque la ciudadanía se relaja y se cumplen menos los controles y los protocolos.
Bisagra
Cafiero explicó que en el decreto vigente el presidente delega en los gobernadores y en el jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires la facultad de aplicar las restricciones establecidas, ya que hay provincias como Chaco, La Pampa y Santiago del Estero que ya restringieron la circulación en horarios nocturnos.
"En el mundo, en la Argentina, estamos en momento bisagra porque se inicia campaña de vacunación más grande de la historia pero tenemos que seguir cuidándonos. Argentina es uno de los países que más ha vacunado, ha avanzado con esta estrategia, mientras tanto hay que seguir cuidándose, lo han dicho el presidente y todas las autoridades políticas: la pandemia todavía no está superada. Tenemos que ser muy conscientes de la situación en la que estamos porque todavía falta mucho camino para recorrer", subrayó.
También insistió en que cada provincia va a tener que adaptar sus medidas y que las decisiones dependerán de los gobernadores con los que el presidente trabaja de manera coordinada, acorde con la diversidad demográfica y cultural que existe en Argentina.
Las alertas en el país se encendieron durante las últimas dos semanas ante el incremento de casos de la pandemia que, hasta ahora, ha dejado un saldo de 1,6 millones de contagios y 44.122 muertes, más 3,559 pacientes en terapia intensiva y una ocupación de entre el 59 % y el 87 % en unidades de terapia intensiva en el Área Metropolitana de la Ciudad de Buenos Aires, Neuquén, Río Negro y Santa Fe.
Al efecto de las fiestas navideñas, en las que predominaron las reuniones familiares, se sumó la temporada de verano, ya que enero y febrero son meses en los que tradicionalmente el turismo colapsa las playas de la costa argentina y otras regiones de interés como la montañosa Córdoba, el norte, y la Patagonia.
El problema es que se evidenció cada vez más que los visitantes se aglomeraban, no usaban barbijo ni respetaban la distancia social y, en general, ningún protocolo para frenar la propagación del virus, a lo que se sumaron las fiestas clandestinas protagonizadas particularmente por jóvenes.
Los rumores sobre un decreto presidencial que impondría un toque de queda por las noches se diseminaron y provocaron la indignación de opositores que, sin que la medida se hubiera oficializado, condenaron a Alberto Fernández y denunciaron que quería imponer "una dictadura" ante "el fracaso" de su gestión ante la pandemia.
La víspera, cuando el debate sobre el supuesto toque de queda ya era generalizado, Cafiero se limitó a reconocer que si los casos seguían aumentando, se impondrían nuevas restricciones, aunque no ofreció mayores precisiones.
Mientras tanto, gran parte de la prensa aseguró que el nuevo decreto regiría a partir de los primeros minutos del viernes, lo que no ocurrió, y los gobernadores de Mendoza y Córdoba, más el jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, advertían que no acatarían las disposiciones que supuestamente impondría el presidente.
En las redes sociales opositores también impulsaron una campaña de "rebeldía" ante el toque de queda que calificaron de autoritario e inconstitucional y que, finalmente, ni siquiera se impuso sino que quedó en mera recomendación.