"Las bacterias pueden decir el tiempo": científicos descubren el funcionamiento de su reloj biológico
Un grupo internacional de científicos ha descubierto que ciertas especies de bacterias no fotosintéticas cuentan con relojes internos diarios que se alinean con el ciclo de 24 horas de la Tierra, igual que otras formas de vida presentes en nuestro planeta, de acuerdo a una investigación publicada en Science Advances.
Este reloj biológico interno, conocido como ciclo circadiano, permite que muchos organismos vivos respondan a los cambios que se producen del día a la noche y hasta en las diferentes estaciones del año.
Durante su estudio, los académicos usaron una enzima bioluminiscente para visualizar la actividad y la respuesta genética del microorganismo 'Bacillus subtilis' a distintos ciclos de luz y temperatura.
En particular, esos académicos se centraron en el gen ytvA, que codifica el fotorreceptor de luz azul, así como en la enzima KinC, involucrada en su formación de biopelículas y esporas.
BACTERIA - Humans have them, so do other animals and plants - now research reveals that bacteria too have internal daily clocks that align with the 24-hour cycle of life on Earth https://t.co/uC1dj7Eya7@ant_dodd@MarthaMerrow@EvolvedBiofilm
— John Innes Centre (@JohnInnesCentre) January 8, 2021
Tras analizar los resultados de las observaciones, los académicos identificaron diversos patrones estables que se ajustaban a estímulos de luz y temperatura y podían modificarse de acuerdo a las condiciones del ambiente, unas características comunes en los ritmos circadianos.
"Hemos descubierto por primera vez que las bacterias no fotosintéticas pueden dar la hora", comentó Martha Merrow, coautora del estudio, quien explicó que sus observaciones sugieren que estos organismos "adaptan su funcionamiento molecular a la hora del día leyendo los ciclos en la luz o en la temperatura ambiente".
El otro coautor, Akos Kovacs, señaló que el 'Bacillus subtilis' se emplea en áreas que van desde la producción de detergentes para la ropa hasta la protección de cultivos y, recientemente, se ha explotado como probiótico humano y animal, por lo que el entendimiento de su reloj biológico permitiría realizar avances en áreas biotecnológicas y médicas.
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