Este 13 de enero, cientos de personas se congregaron en Bruselas para protestar tras la muerte el 9 de enero de un joven negro mientras estaba bajo custodia policial. El hombre, de 23 años, falleció una hora después de ser detenido.
La manifestación inicialmente pacífica terminó en enfrentamientos con las fuerzas del orden cuando manifestantes enfurecidos empezaron a prender fuego a una comisaría.
Los manifestantes arrojaban piedras y petardos a la Policía, que intentó, a su vez, dispersarlos con cañones de agua.
Según un comunicado policial, los manifestantes también dañaron vehículos policiales e hirieron a varios agentes.
Un total de 116 personas han sido detenidas tras las protestas, según la agencia AP, mientras que varias personas, entre ellas policías, resultaron heridas.
La oficina del fiscal informó de que el individuo, identificado como Ibrahim B., fue arrestado el 9 de enero después de que supuestamente intentara escapar de los agentes que inspeccionaban a personas reunidas en el centro de la ciudad pese a las restricciones. Fue llevado a una comisaría donde se desmayó y luego trasladado a un hospital, donde fue declarado muerto.
Los fiscales belgas han solicitado el nombramiento de un juez de instrucción tras la muerte del joven. Además, se ha designado a un médico forense para que realice una autopsia y pruebas de toxicología.