Científicos han identificado por primera vez la presencia de una planta que no es tabaco, en los restos de las mezclas para fumar que utilizaban los antiguos mayas. Este descubrimiento lo hizo posible una moderna técnica de análisis metabólico aplicada a los restos orgánicos en dos pequeñas vasijas desenterradas hace varios años en la península de Yucatán.
Un comunicado de la Universidad Estatal de Washington (EE.UU.) informa que su laboratorio detectó en la cerámica huellas de pericón, o 'Tagetes lucida'. Esta planta herbácea con flores naranjas se conoce en la medicina tradicional como un remedio contra el dolor abdominal y distintas dolencias del aparato digestivo, pero sirve también como ansiolítico o sedante.
El autor principal de este descubrimiento, el antropólogo Mario Zimmermann, destacó la aceptación general de que el tabaco se usaba comúnmente en las Américas tanto antes como después del contacto con los europeos. Al mismo tiempo, dijo, había una evidencia del uso de otras plantas con fines de culto o medicinales, que "permanece en gran parte sin explorar".
Las herramientas de identificación de restos orgánicos estuvieron limitadas durante décadas a la detección de biomarcadores como nicotina, anabasina, cotinina y cafeína, recordó el investigador. Ahora una novedosa técnica de análisis metabolómico pavimenta el camino para estudiar "como nunca antes" las plantas psicoactivas y no psicoactivas, que las sociedades precolombinas fumaban, masticaban y aspiraban.
"La presencia de un biomarcador como nicotina muestra que se fumó tabaco, pero no te dice qué más se consumió o almacenó en el artefacto", señala David, Gang, profesor del Instituto de Bioquímica de la Universidad Estatal de Washington y coautor del estudio, y señala que su enfoque, además de mostrar la planta que se está investigando, también refleja "todo lo que se estaba consumiendo".
Las dos vasijas analizadas químicamente en EE.UU. forman parte de un conjunto de 14 recipientes hallados en las afueras de Mérida (México) en 2012, cuando se descubrieron restos arqueológicos antes de iniciar la edificación de viviendas.
El artículo de Zimmermann y su equipo sobre la identificación del pericón fue publicado en la revista Scientific Reports el 15 de este enero.
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