A las 14.56 horas (local) de este miércoles se produjo una fuerte explosión de gas en un edificio en pleno corazón de la capital de España, Madrid. Voló la práctica totalidad del número 98 de la calle Toledo, un inmueble de viviendas situado sobre la parroquia de La Paloma, adyacente a una residencia de ancianos y en las inmediaciones de un colegio, en cuyo patio han llegado a caer cascotes.
Hasta el momento, se ha confirmado la muerte de cuatro personas. Dos de ellas eran viandantes, dos varones de 85 y 53 años, ambos sepultados por los escombros causados por la deflagración en la vía pública. El tercero era un feligrés y electricista que se encontraba intentando reparar la caldera del edificio. El cuarto era un sacerdote, Rubén Pérez Ayala, de 35 años, que ha fallecido en el hospital de La Paz después de ser intervenido de urgencia de varias heridas.
Según el Arzobispado de Madrid, en el edificio afectado se ubican dos pisos de sacerdotes, varios locales parroquiales y de Cáritas, todos ellos destrozados. Dos de los sacerdotes resultaron ilesos, mientras que uno, finalmente fallecido, había sido trasladado a un centro hospitalario.
Además de los fallecimientos, se han producido al menos diez heridos, que han sido atendidos en un primer momento en la propia acera de la vía afectada. Según informó en un principio Emergencias Madrid, la mayoría de ellos eran leves. Entre los heridos se encuentra un varón de 53 años, con traumatismo craneoencefálico leve ingresado en el Hospital Ramón y Cajal.
Después de una noche asegurando la zona, los bomberos van a proceder este jueves a llevar a cabo una demolición controlada de las plantas superiores del edificio de manera gradual, para evitar un derrumbe incontrolado de lo que queda en pie del bloque de viviendas.
En el momento de la detonación, el patio del colegio colindante se encontraba casualmente vacío, debido a que continúa afectado por la nevada y posterior helada que ha sufrido Madrid en los últimos días, por lo que no se lamentan víctimas entre el colectivo estudiantil. Sin embargo, sí se pueden apreciar cuantiosos daños materiales, como numerosos vehículos afectados.
La explosión ha sido documentada por diversos usuarios de las redes sociales, que han publicado impactantes videos en plataformas como Twitter, donde se puede apreciar la céntrica calle cubierta por escombros, mientras del edificio sale una enorme humareda, producto de las llamas que se produjeron en su interior.
Nueve dotaciones de Bomberos y 11 unidades de SAMUR - Protección Civil (el servicio de atención sanitaria de urgencias del Ayuntamiento de Madrid), se desplazaron inmediatamente a la zona y solicitaron que nadie se acercase a los alrededores para permitir el paso de los vehículos de emergencia, en una zona que todavía se encuentra acordonada.
Por su parte, la Policía Municipal y Nacional ayudaron a la evacuación de los ancianos que residen en el geriátrico contiguo al edificio afectado, entre los que no se produjo ningún herido, que fueron trasladados a un hotel cercano.
Según algunos testigos, en el momento del estallido se oyó un estruendo que hizo temblar paredes y cristales de los edificios de los alrededores. Al parecer, tras la primera explosión tuvo lugar una segunda, por lo que las fuerzas y cuerpos de seguridad tomaron precauciones ante la posibilidad de que se produjeran más deflagraciones.
Los bomberos continúan inspeccionando el bloque y las construcciones aledañas para asegurar la zona, que está ubicada en una calle repleta de comercios y establecimientos de hostelería e intensamente transitada tanto por tráfico rodado como por peatones.