La Cámara de Representantes de EE.UU. aprobó este jueves una exención para permitir que Lloyd Austin, general de cuatro estrellas retirado del Ejército, se convierta en el nuevo secretario de Defensa de ese país.
El candidato, que salió de la fuerza activa del Ejército hace cuatro años, debe obtener el visto bueno del Congreso para eludir una ley que establece un límite de tiempo a partir del retiro para que los oficiales militares puedan acceder a ese cargo.
Si el Senado confirma su candidatura en una votación prevista para este viernes, Austin se convertirá en el primer afroamericano en liderar el Pentágono en toda la historia de la nación. Sería asimismo el tercer secretario de Defensa en requerir una exención del Congreso para asumir el cargo, después de George Marshall, general retirado del Ejército nominado en 1950 por el presidente Harry Truman, y de Jim Mattis, general retirado de la Infantería de Marina, primer secretario de Defensa de Donald Trump.
"El invisible"
Austin, de 67 años, sirvió en el Ejército durante más de 40 años, incluyendo tres como jefe del Mando Central de EE.UU. (CENTCOM), un puesto importante que supervisa las operaciones militares en Afganistán, Irak, Siria y Yemen. A veces llamado por la prensa "el general invisible", debido a su tendencia a evitar ser el centro de atención, fue el primer afroamericano en ocupar ese puesto, que ocupó entre 2013 y 2016.
Durante ese período, se desempeñó como el principal arquitecto militar de la ofensiva estadounidense contra la organización terrorista Estado Islámico en Irak y Siria. Como tal, recibió también muchas críticas por un programa de formación y equipamiento de rebeldes sirios para luchar contra el EI. Con una asignación de 500 millones de dólares otorgados por el Congreso, el programa estipulaba la formación de unos 5.000 rebeldes hasta finales del 2015, pero apenas logró formar a unos cuantos combatientes profesionales antes de ser cerrado.
Antes de dirigir el CENTCOM, Austin, entre otros puestos, fue vicejefe del Estado Mayor del Ejército, y también el último comandante general de las fuerzas estadounidenses en Irak, donde en 2011 supervisó la retirada estadounidense de este país. Durante ese tiempo trabajó en estrecha colaboración con Biden, entonces vicepresidente en la Administración Obama.
En 2016, Austin se retiró del servicio militar y pasó al sector privado, donde fue parte de las juntas directivas de empresas como Raytheon Technologies (una de las firmas de defensa más grandes del mundo), Nucor y Tenet Healthcare.
En el comunicado que anunció su selección para el puesto, el equipo de transición de Biden describió a Austin como un "consumado y respetado pionero". "A lo largo de su dedicada vida de servicio, y en las muchas horas que hemos pasado juntos en la sala situacional de la Casa Blanca y con nuestras tropas en el extranjero, el general Austin ha demostrado un liderazgo, carácter y mando ejemplares", aseguró Biden, añadiendo que el general retirado está "especialmente calificado para asumir los desafíos y las crisis que enfrentamos en el momento actual".
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