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"La pandemia nos ha afectado en todo": ¿por qué se reabren los restaurantes en Ciudad de México en medio de la ola de hospitalizaciones?

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Unos 89.095 trabajadores de restaurantes han solicitado al Gobierno de Claudia Sheinbaum el apoyo de 2.200 pesos (unos 110 dólares).
"La pandemia nos ha afectado en todo": ¿por qué se reabren los restaurantes en Ciudad de México en medio de la ola de hospitalizaciones?

Los restaurantes de la Ciudad de México cumplieron el quinto día de reapertura, en medio de las restricciones a la movilidad decretadas por el Gobierno capitalino para reducir los contagios por covid-19 y las crecientes hospitalizaciones. 

La jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, del partido oficialista Morena, anunció la reapertura de los restaurantes —incluyendo las tradicionales taquerías, fondas y cocinas económicas— desde el pasado lunes 18 de enero, en medio de una creciente presión del sector que advertía que no sobrevivirían al cierre de los establecimientos al público

Sheinbaum enfrentó una disyuntiva en las primeras semanas de diciembre, cuando la capital del país vio subir rápidamente el número de hospitalizaciones de pacientes con covid-19 y la jefa de Gobierno advirtió a la población que estaban a una semana de saturar los hospitales, al registrar un promedio de 400 ingresos de pacientes al día. Como en otras ciudades, las autoridades debían mediar entre evitar la propagación del coronavirus y el cierre de la economía, que dejaría a miles de familias sin sustento. 

Para el 18 de diciembre, cuando la capital del país registraba una ocupación del 75 % de los hospitales, el Gobierno federal, de Ciudad de México y del Estado de México acordaron decretar el semáforo rojo y la suspensión temporal de actividades económicas no esenciales hasta el 10 de enero de 2021, como una medida de emergencia para reducir los contagios de covid-19 en la Zona Metropolitana del Valle de México, el centro urbano más poblado del país. 

Esta medida implicaba el cierre de restaurantes al público, ya que solo se permitiría vender comida para llevar.  

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"Abrimos o morimos"

Mientras que para ciertos sectores de la población el cierre de las actividades económicas en el Valle de México era inevitable para frenar los contagios, los organismos empresariales de la industria restaurantera advirtieron a los Gobiernos de Ciudad de México y el Estado de México que la pandemia estaba resultando en "una muerte dolorosa".

En un comunicado firmado por dueños de restaurantes, que fue difundido con la etiqueta #AbrimosOMorimos, el sector alertó que unos 13.500 establecimientos habían cerrado en la la Zona Metropolitana del Valle de México desde el inicio de la pandemia. 

La Ciudad de México y el Estado de México tienen 131.972 establecimientos dedicados a la preparación de alimentos y bebidas. Estas dos entidades concentran uno de cada cinco restaurantes y cafeterías en el país, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). 

El Gobierno de Sheinbaum dialogó con el sector restaurantero de la capital y el pasado 15 de enero acordó la apertura de las fondas, torterías, taquerías y otros restaurantes, con la condición de que brindasen servicio con mesas en terrazas o sobre la calle. 

En ese momento, la Ciudad de México registraba una ocupación del 89,1 % en las camas de hospitalización general y del 82,8 % en las unidades de cuidados intensivos para los pacientes con covid-19 en estado más crítico.  

"Antes todos los días eran buenos"

Para el 22 de enero, unas 89.095 personas —entre cocineros, meseros, baristas, parrilleros, taqueros, ayudantes de meseros y de cocineros— han solicitado al Gobierno de Sheinbaum el apoyo único de 2.200 pesos (unos 110 dólares) que puso a disposición de este sector. 

"La pandemia nos ha afectado en todo", dice Ubaldo Pérez, un hombre de 40 años que trabaja como mesero en el restaurante La Cabañita, en la alcaldía Benito Juárez de Ciudad de México.  

Ubaldo usa un cubrebocas blanco. Viste una playera polo color naranja de La Cabañita, delantal negro y jeans. Tiene un ojo de águila, cuando unos curiosos se acercan a la fonda y él va hacia ellos para recitar todos los platillos mexicanos que hay en la carta. En menos de un minuto, los convenció de entrar a desayunar. 

Durante una mañana tranquila en el barrio de Portales, Ubaldo cuenta que antes de la pandemia, "todos los días eran buenos, porque pues venía mucha gente" al local. Tenían gente esperando por una mesa afuera de este establecimiento que sirve platillos mexicanos desde el desayuno y hasta la comida. 

Este día, en cambio, hay cuatro clientes que ocupan dos mesas del exterior. Según cuenta este hombre, originario del estado de Veracruz, pasaron de tener un promedio de 200 clientes al día, a tan solo 80. 

Pese a que le redujeron un 30 % de su salario, Ubaldo agradece a Dios porque tanto él como su esposa —quien también trabaja en un restaurante— mantuvieron su empleo. No obstante, el veracruzano gana el sueldo mínimo —141,7 pesos, el equivalente a 7 dólares diarios— y la baja de clientes implicó dejar de recibir las propinas por servicio, que era lo que le permitía solventar mejor los gastos en casa.  

Muchos trabajadores como Ubaldo, con el sueldo mínimo y dependientes de las propinas, deseaban que el Gobierno capitalino permitiera la reapertura de los restaurantes a los clientes, y no solo el servicio a domicilio que se permitía desde el 18 de diciembre. 

"Es de mucha necesidad, bueno, para nosotros. A pesar de que no nos quedamos sin trabajo, los gastos siempre van a llegar, siempre vas a gastar en algo", dice Ubaldo, padre de un joven de 16 años que cursa la preparatoria.

Miedo al covid-19

Ubaldo es de mirada atenta y un rostro que permanece serio hasta que llega un cliente y bromea. Es hasta entonces que revela su verdadera identidad: es muy alegre, como todo veracruzano. Quizá sea esta personalidad que lo mantiene sin miedo a contagiarse del coronavirus, pese a convivir y platicar todos los días con diferentes personas.

"Si te cuidas, te pones tu gel, todo lo que te tengas que poner, no pasa nada. También hay que estar un poco fuerte psicológicamente, si no te vas a enfermar. Me cuido y que venga lo que tenga que venir", dice Ubaldo mientras vigila atentamente la llegada del próximo cliente.

Hasta el viernes 22 de enero, la Ciudad de México contabilizaba 432.631 contagios por covid-19, 42.468 casos activos y 26.152 decesos. La ocupación de las camas con intubación estaban al 85,3 %, pero para miles de trabajadores como Ubaldo, fue un verdadero alivio poder contar de nuevo con su empleo en la capital del país.

José Beltrán Contreras

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