Tras librar su fallida batalla por los votos 'robados' y ver cómo se activaba otro juicio político contra él, el expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, abandonó la capital ignorado ostensiblemente la toma de posesión de su sucesor. Horas antes de la ceremonia de investidura, el líder republicano abandonó la Casa Blanca y se despidió lanzando la promesa —para consternación de los demócratas— de que volverá "de alguna manera".
Y aunque los oponentes de Trump tienen bastante argumentos en contra de su regreso a la política, la historia de Estados Unidos no está exenta de ejemplos de expresidentes impopulares que finalmente lograron obtener de nuevo reconocimiento político.
El 17.° presidente estadounidense, Andrew Johnson, que fue el primero en ser enjuiciado por un impeachment y sobrevivió a él gracias a un solo voto en el Senado, regresó a Washington en 1875 como senador por el estado de Tennessee. En cuanto a John Quincy Adams, perdió la reelección en 1828, pero luego demostró ser un exitoso congresista y pasó 18 años representando a Massachusetts en la Cámara de Representantes.
"Incluso [el 31.° presidente de EE.UU.] Herbert Hoover restituyó su reputación trabajando en años posteriores sobre el hambre en el mundo. Si Trump se dedica a las buenas obras, ¿quién sabe?", declaró a New York Post el historiador Harold Holzer, director del Instituto de Políticas Públicas Roosevelt House de Hunter College.
"Casi todos los presidentes, especialmente los que fueron derrotados en la reelección, disfrutan eventualmente de una segunda mirada revisionista. Es probable que también le suceda a Trump, a medida que se repliegan las intensas pasiones que lo rodean", sostiene el profesor Steven Hayward del Instituto de Estudios Gubernamentales de la Universidad de California en Berkeley.
¿El peor presidente de EE.UU.?
En los días posteriores a los disturbios en el Capitolio de EE.UU., el índice de aprobación pública de Trump cayó bruscamente hasta el 34 %, el nivel más bajo de toda su presidencia, según muestran los datos de la firma analítica Gallup.
Aún así, entre los presidentes salientes modernos, Trump no es el menos popular, sobre todo en comparación con Harry Truman (con el peor índice de aprobación: un 22 %), Richard Nixon (24 %), George W. Bush y Jimmy Carter (ambos con un 29 %).
A a simple vista, puede parecer que sus perspectivas políticas no son muy prometedoras, a tenor de su índice de popularidad. Sin embargo, aunque los demócratas, los independientes y algunos republicanos moderados están en su contra, Trump todavía tiene un sólido grupo de seguidores leales. En particular, se trata de gente como la que este miércoles le dio la bienvenida en Florida portando banderas de Trump y carteles en los que podía leerse: "Gracias" y "¡Trump ganó!".
"Una base significativa"
Muchos partidarios de Trump creen a ciegas en sus alegaciones acerca de que los demócratas 'robaron' las elecciones y de que el asalto al Capitolio fue instigado por el movimiento izquierdista Antifa. De hecho, otra encuesta de Gallup encontró que el 87 % de personas que se identifican como republicanos aprueban el desempeño de Trump en el cargo.
"No creo que lo que estamos viendo sugiera que pierde relevancia política y resonancia. Cualquiera que diga eso se está engañando a sí mismo. Todavía tiene una base significativa", dijo a BBC el presidente de Asuntos Públicos de la empresa de opinión pública Ipsos en EE.UU., Clifford Young.
En cualquier caso, Trump dejó claro este miércoles que no tiene intención de desaparecer. "Que tengan una buena vida", dijo el republicano en su último mensaje como presidente, "¡Nos veremos pronto!"
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