El presidente de EE.UU., Joe Biden, firmó este lunes una orden ejecutiva destinada a presionar al Gobierno federal para que compre más productos fabricados en el país norteamericano.
Según el mandatario, quien durante su campaña prometió reactivar la industria nacional, la medida protegerá los empleos y estimulará la economía afectada por la pandemia de coronavirus.
"Si una agencia quiere emitir una exención para decir 'no vamos a comprar un producto estadounidense como parte de este proyecto. Vamos a comprar un producto extranjero', tendrán que venir a la Casa Blanca y explicárnoslo", señaló Biden.
La orden aumenta el umbral de 'contenido nacional', es decir, el porcentaje mínimo de componentes fabricados en EE.UU. que debe tener un producto antes de que el Gobierno federal pueda comprarlo. Actualmente, los productos se marcan como 'fabricados en EE.UU.' para fines de adquisición federal incluso si apenas el 51 % de los componentes utilizados para producirlos son de fabricación estadounidense.
El documento también cambiará la forma en que se define y mide el 'contenido nacional' para los productos calificados y cerrará las lagunas en la legislación que permiten eludir los requisitos de compra de productos estadounidenses. Asimismo, será creado un sitio web en el cual se publicarán todas las solicitudes de exención y que dirigirá a las agencias para que se conecten con los pequeños fabricantes.
Además, Biden anunció la creación de un nuevo puesto de director de 'Made in America' ('Hecho en EE.UU.', en inglés) en la Oficina de Administración y Presupuesto, que alentará a las agencias a comprar productos de fabricación nacional y supervisará el proceso.
El economista José Caraballo-Cueto aprecia en la línea de Biden cierta continuación de las políticas de Trump, por lo que considera probable que las guerras comerciales continúen. En este sentido, también indica que el proteccionismo parece poner fin a la era de la globalización.