El Ejército de Birmania anunció este lunes que ha detenido a altos dirigentes del país, incluida la consejera de Estado y líder de la gobernante Liga Nacional por la Democracia (LND), Aung San Suu Kyi, y declaró el estado de emergencia por un año, informa Reuters.
En un discurso transmitido por un canal de televisión de propiedad militar, el Ejército declaró que el poder había sido entregado al comandante en jefe de los Servicios de Defensa, Min Aung Hlaing. El primer vicepresidente tercero, Myint Swe, fue designado por los militares como presidente interino de la nación.
Las acciones del Ejército de Birmania se producen en respuesta a lo que califican como "fraude" durante las elecciones parlamentarias del pasado 8 de noviembre, en las que la LND obtuvo 396 escaños de 476. Los legisladores debían reunirse por primera vez este lunes para elegir al nuevo presidente y los vicepresidentes para los próximos cinco años.
Aung San Suu Kyi, ganadora del Premio Nobel de la Paz en 1991, era líder de Birmania 'de facto' tras llegar al poder con una victoria electoral en 2015 después de décadas de arresto domiciliario.
Portavoz de la LND: "Los militares están dando un golpe"
Previamente, Reuters, citando al portavoz de la Liga Nacional por la Democracia, Myo Nyunt, informó que Aung San Suu Kyi, el presidente Win Myint y otros altos funcionarios habían sido detenidos la mañana de este lunes.
"Ante la situación que vemos está sucediendo ahora, tenemos que asumir que los militares están dando un golpe", señaló a AFP el portavoz.
"Quiero decirle a nuestra gente que no responda precipitadamente y quiero que actúen de acuerdo con la ley", dijo Nyunt a Reuters, agregando que teme que él mismo será arrestado pronto. La agencia reportó que posteriormente no pudo contactar al vocero.
Además, la Liga Nacional por la Democracia ha instado en un comunicado a la población del país a oponerse al "golpe" y al regreso de una "dictadura militar", al tiempo que califica las acciones del Ejército de injustificadas y contrarias a la Constitución y a la voluntad de los votantes.
Entre tanto, según los testigos, decenas de soldados fueron desplegados frente al Ayuntamiento en Rangún, antigua capital y principal ciudad del país.
Cortes de Internet y de datos móviles
Poco antes del anuncio del Ejército, se reportó que en la capital, Naipyidó, no funcionan las conexiones telefónicas ni Internet. Las interrupciones en las conexiones de datos móviles y algunos servicios telefónicos también se han notado en Rangún.
Por su parte, la televisión estatal MRTV informó que no puede transmitir debido a "dificultades de comunicación". "Debido a las actuales dificultades de comunicación, les informamos respetuosamente que los programas regulares de MRTV y Myanmar Radio no pueden transmitirse", señalaron desde el medio.
La conectividad a Internet en Birmania cayó al 75 % de los niveles ordinarios a partir de las 03:00 (hora local), según los datos del servicio de monitoreo de Internet NetBlocks.
Elecciones del 8 de noviembre
Últimamente Birmania ha vivido una creciente tensión entre el Gobierno civil y el Ejército, lo que generó temores de un golpe de Estado militar. La raíz de las tensiones son las recientes elecciones parlamentarias del pasado 8 de noviembre, que según el Ejército fueron "fraudulentas".
Previamente, el portal The Irrawaddy informó que una reunión entre los representantes del Gobierno y el Ejército de Birmania, destinada a superar la actual crisis política causada por la insatisfacción de los militares con los resultados de los comicios, había terminado sin éxito.
Las preocupaciones sobre un posible golpe de Estado surgieron después de las declaraciones que hizo este miércoles el comandante en jefe de los Servicios de Defensa, Min Aung Hlaing. "Si uno no sigue las leyes, dichas leyes deben ser revocadas. Quiero decir que, si es la Constitución, es necesario revocar la Constitución. Si uno no sigue la ley, la Constitución debe ser revocada", declaró el general superior.
Sin embargo, el sábado la Oficina del Comandante en Jefe comunicó que las palabras de Hlaing fueron "malinterpretadas" y aseguró que las Fuerzas Armadas respetarán la Constitución y actuarán "en dentro del marco legal".
A su vez, la comisión electoral de Birmania ha rechazado las acusaciones de "fraude electoral" de los militares, diciendo que no hubo errores lo suficientemente importantes como para afectar la credibilidad de la votación.
Reacciones
El secretario general de la ONU, António Guterres, condenó enérgicamente la detención de Aung San Suu Kyi y otros líderes políticos e "instó a los líderes militares a respetar la voluntad del pueblo de Birmania", según comunicó el vocero del organismo, Stephane Dujarric.
"Estos acontecimientos representan un duro golpe para las reformas democráticas. Todos los líderes deben actuar en el mayor interés de la reforma democrática de Birmania, entablando un diálogo significativo, absteniéndose de la violencia y respetando plenamente los derechos humanos y las libertades fundamentales", subrayó.
EE.UU. amenazó con tomar medidas tras la detención de altos dirigentes de Birmania. "EE.UU. se opone a cualquier intento de alterar el resultado de las recientes elecciones o de impedir la transición democrática en Birmania, y tomará medidas contra los responsables si estos pasos no se revierten", dijo la portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki.
Por su parte, el secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken, pidió a la cúpula militar de Birmania que libere a Aung San Suu Kyi y a los demás detenidos, y agregó que Washington expresa su "gran preocupación y alarma" ante los acontecimientos.
La ministra de Asuntos Exteriores de Australia, Marise Payne, señaló que está "profundamente preocupada" por los hechos ocurridos en Birmania. "Pedimos al Ejército que respete el estado de derecho, que resuelva las disputas a través de mecanismos legales y que libere de inmediato a todos los líderes civiles y otras personas que han sido detenidas ilegalmente", comunicó la ministra.
Japón dijo que está observando la situación y que actualmente no tiene planes de repatriar a los aproximadamente 3.500 ciudadanos japoneses que se encuentran en Birmania.