Inhabilitan a un abogado por mantener sexo oral con una reclusa y hacer videos pornográficos en cárceles de Florida
Un abogado de EE.UU. fue inhabilitado recientemente por mantener sexo oral con una reclusa y hacer videos pornográficos en dos cárceles de Florida. Además, ha sido acusado de usar su posición para aprovecharse sexualmente de mujeres sometidas a prisión, informan medios locales.
Andrew Spark, el imputado, permanece sin embargo en libertad condicional desde que en febrero de 2019 se declarara culpable de esos cargos, que incluyeron la introducción de contrabando en las instalaciones de reclusión y el haber solicitado servicios de prostitución a las internas.
"Spark abusó de su privilegio para ejercer la abogacía y utilizó su licencia de abogado para participar en un engaño, con la intención de acceder a las habitaciones privadas proporcionadas a los abogados en dos penitenciarías separadas, con el propósito de solicitar prostitución", dictaminó un tribunal disciplinario del gremio a través de un comunicado de prensa.
Además, el colegio de abogados detalló que el legista, de 58 años, "grabó en video esos encuentros con el objetivo de crear una película pornográfica para adultos, para su propio morbo y/o interés financiero".
¿Cómo lo descubrieron?
Según los informes, el abogado en cuestión le pidió sexo oral a cambio de dinero a una mujer, identificada como Shauna Boselli, que cumplía una larga sentencia por estar involucrada en un caso de pornografía infantil, aunque nunca se pusieron de acuerdo sobre el precio.
Posteriormente, Boselli le comentó el hecho a sus familiares, que a su vez dieron aviso a la Policía. Los investigadores pudieron determinar que Spark había hecho un trato similar con otra reclusa, llamada Antoinette Napolitano, y que entonces usó su tableta para grabarla mientras le practicaba sexo oral.
Las autoridades recurrieron entonces a Napolitano como agente encubierto para atrapar al abogado, quien utilizaba las habitaciones reservadas para reuniones entre los representantes legales y sus clientes, sin presencia de ningún supervisor, para perpetrar sus abusos sexuales.