Datos satelitales revelan el peligro que enfrentan las ballenas azules al tratar de esquivar los barcos en la Patagonia
Un equipo de investigadores ha recopilado datos satelitales para demostrar las dificultades que atraviesa una ballena azul mientras se desplaza en una zona con alto tráfico de embarcaciones en la Patagonia chilena.
Alrededor de mil embarcaciones se desplazan a diario en las zonas de alimentación del enorme cetáceo, que se encuentra en peligro de extinción, según el Programa Austral Patagonia.
Los científicos han plasmado los datos encontrados en una animación, donde el animal más grande del mundo está representado por un punto azul que se mueve en el océano mientras trata de alimentarse y esquivar los barcos que navegan en el área.
HILO Estresado? Animación d @BedrinanaLuis muestra 1 semana en la vida de 1 ballena. Punto azul es 1 ballena tratando d alimentarse mientras esquiva fuerte tráfico de embarcaciones #Golfo de #Ancud 22/3/19 al 29/3/19 #shipstrikes#whales Paper => https://t.co/EA2lt0F0l8pic.twitter.com/xJ5wDir5LK
— Centro Ballena Azul (@ballenaschile) February 1, 2021
"Sabemos dónde están las ballenas, pero también sabemos que su población total es muy baja en esta zona. De hecho, según nuestras investigaciones, alcanzarían entre 200 y 700 individuos, por lo que cualquier incidente de colisión y muerte de estos animales representa una amenaza real a su conservación", precisó el autor principal del estudio, Luis Bedriñana-Romano.
Según el reporte, hasta el momento ya se han producido colisiones fatales en el área en 2009, 2014 y 2017, así como muertes por enredo en centros de cultivo de salmón durante 2007 y 2020.
Por su parte, el coautor del trabajo y especialista en mamíferos marinos, Hucke-Gaete, agregó que las observaciones de campo "indican que cuando las ballenas azules comen, prácticamente sólo le prestan atención a esa actividad. Esto las hace más proclives a ser chocadas por embarcaciones y particularmente durante la noche".
Los expertos desarrollaron un sistema de monitoreo que les permitió aplicar instrumentos de posicionamiento satelital a más de veinte ballenas. Desde entonces, los dispositivos han arrojado información muy valiosa sobre el comportamiento de los animales, sus desplazamientos, rutas y destino de migración.