Algunas arañas pequeñas, como las del género Steatoda, logran capturar presas mucho más grandes, de hasta 50 veces la masa de su propio cuerpo. Los lagartos que caen en la telaraña terminan a menudo siendo devorados por los mañosos artrópodos y no es fácil de comprender cómo estos pueden levantar un animal que pesa tanto y les opone resistencia.
Dos investigadores de la Universidad de Trento (Italia) metieron a varias Steatoda en cajas oscuras con cámaras y observaron las sucesivas escenas de captura de cucarachas con la telaraña de caza, no tanto desde un punto de visto zoológico como mecánico. Para evitar que los insectos se escapen y levantarlos del suelo, las arañas confeccionaban poleas de los hilos de su red y así manejaban las presas, afirman los científicos en un estudio publicado el 3 de febrero.
Gabriele Greco y Nicola Pugno incluso realizaron los cálculos matemáticos para representar la distribución de pesos en este complejo sistema que arman arañas nada exóticas, sino que viven en muchos hogares humanos.
Los primeros hilos sujetados a la presa suelen estar relajados porque la cucaracha apresada (o bien otra presa como un lagarto) puede comenzar a temblar violentamente y romper la tensa red en un intento de liberarse. Estos hilos 'flojos' tienen un gran margen de resistencia a la tracción y la presa solo se enreda al moverse, detalló el artículo.
A continuación nuestros pequeños 'compañeros de cuarto' utilizan su peso corporal para estirar los hilos antes de sujetarlos a las patas y el abdomen del insecto. A medida que siguen atando más y más hilos a la presa, las arañas evitan que el material elástico se estire bajo el peso de la cucaracha y consiguen levantarla en el aire. La representación esquemática de estos movimientos deja ver que el artrópodo crea bloques que reducen significativamente los esfuerzos requeridos para manejar ese cuerpo mucho más pesado.
La araña gana la batalla solo cuando la presa está colgada y es incapaz de agarrar la superficie debajo, algo que le permitiría escapar. A partir de este momento, se toma su tiempo para darle a la víctima el mortífero mordisco y devorarla. Por primera vez, se ha demostrado que la araña aprovecha unas herramientas mecánicas para atrapar animales de dimensiones mucho mayores.
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