El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, inauguró la apertura de pistas de aterrizaje en el marco de la primera etapa del Aeropuerto Internacional General Felipe Ángeles, que a partir de este miércoles 10 de febrero recibirá los primeros vuelos militares y comerciales.
Acompañado de una comitiva de políticos, el mandatario mexicano viajó en el avión que aterrizó por primera vez en las instalaciones del aeropuerto, ubicado en lo que era la base militar de Santa Lucía.
López Obrador aterrizó en un avión de la Fuerza Aérea Mexicana a las 9:10 horas (local) en una pista de 3.500 metros de longitud que forma parte del total de tres con las que contará el nuevo aeropuerto, cuya construcción se prevé que concluya en marzo de 2022.
"Es como una primera etapa de inauguración", explicó el mandatario antes de su llegada a la obra, todavía en construcción. "Es un aeropuerto militar y civil. Es el aeropuerto más importante que se está construyendo en el mundo, es un fenómeno de la ingeniería civil porque se está haciendo en un tiempo récord", dijo.
En medio de la polémica
El Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles ha sido una de las infraestructuras emblemáticas del actual Gobierno mexicano. La obra ha estado envuelta en la polémica tras la cancelación de la construcción del aeropuerto de Texcoco, que inició durante el sexenio anterior del expresidente Enrique Peña Nieto (2012-2018).
Pese a la cancelación del proyecto anterior, López Obrador señaló que la construcción del nuevo aeropuerto representa un ahorro de 230.000 millones de pesos (11.500 millones de dólares), debido a la austeridad con que se ejecuta la obra actual, en comparación con las múltiples irregularidades detectadas durante el proceso de construcción en Texcoco.
Desde poco antes de su llegada a la Presidencia de México, en diciembre de 2018, López Obrador inició un proceso de consulta para echar abajo el aeropuerto de Texcoco e iniciar la construcción del Aeropuerto Felipe Ángeles, que a diferencia del proyecto de su antecesor, cuenta con un terreno firme, sin hundimientos.
Sin embargo, la nueva obra ubicada en Santa Lucía ha recibido críticas por estar a una distancia de casi 50 kilómetros desde el centro de Ciudad de México. Para remediar el problema, el Gobierno también construye obras de interconexión, que incluyen una carretera y servicios de transporte público.
Pese a ello, con la construcción del aeropuerto Felipe Ángeles se mantendrá en operación el actual Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, que no tendrá que ser clausurado, como se tenía previsto con el proyecto de Texcoco.
Se prevé que el nuevo aeropuerto Felipe Ángeles tendrá capacidad para recibir unos 20,5 millones de usuarios al año, aunque se espera que en las siguientes décadas, dicha capacidad se pueda ampliar hasta 85 millones de usuarios al año.