"Nos están matando y nadie dice nada": ¿Por qué se ha incrementado la violencia en Buenaventura, uno de los puertos más importantes de Colombia?

La ciudad colombiana de Buenaventura, donde se encuentra uno de los principales puerto del país y uno de los diez más importantes de América Latina, sufre una ola de violencia sostenida que ha causado el temor y desplazamiento forzado de su población, en medio del conflicto armado entre organizaciones criminales por el control territorial.

Solo en los primeros 29 días año, los medios registraron 22 homicidios, la desaparición de 13 personas y unos 500 desplazamientos, según El Colombiano. Además, la Defensoría del Pueblo ha alertado que 170.000 habitantes de ese distrito se encuentran en riesgo.

Esta recrudecimiento de las agresiones en contra de la población, compuesta por unos 500.000 habitantes, ha hecho que en las redes se posicione la etiqueta #SOSBuenaventura para llamar la atención de las autoridades y pedir la acción del Estado.

Tras días de protestas en varias ciudades, este viernes un grupo de miembros de la comunidad afrodescendiente se apostó a las afueras del Ministerio del Interior colombiano para denunciar la grave crisis que afronta Buenaventura. "Nos están matando y nadie dice nada", es una de las consignas que interpretan, acompañados de tambores, en el centro de Bogotá.

¿Qué ha pasado?

El año cerró de manera trágica en Buenaventura. El 30 de diciembre, seis personas fueron asesinadas por grupos armados que patrullaban las calles, en un lapso de dos horas.

Después de esos homicidios, se han registrado 33 combates armados en los 33 días primeros días del año, recoge Semana.

La escalada de violencia posiblemente se deba a un conflicto dentro de la organización criminal y de narcotráfico, con alcance internacional, conocida como 'La Local', que se habría dividido en dos estructuras ilegales: 'Los Shotas' y 'Los Espartanos'. Estos grupos, a su vez, se enfrentan por el control territorial a otro llamado 'Bustamantes' o 'La Empresa'.

Esta situación ha generado el desplazamiento forzado de parte de su población, por lo que la Defensoría del Pueblo emitió una alerta temprana ante la situación crítica en las comunas 7, 10, 11 y 12 y en el corregimiento 8 de ese distrito.

En Buenaventura, Bogotá y Cali hay manifestaciones para denunciar la vulneración de los derechos humanos y exigir la presencia del Gobierno. La más reciente acción de este tipo fue una 'cadena humana de paz', realizada el pasado miércoles.

"No podemos aceptar que nos estigmaticen"

El alcalde de Buenaventura, Víctor Hugo Vidal, dijo este viernes durante el lanzamiento de una estrategia distrital de paz que ese municipio vive una "prolongada situación de violencia que ha generado violación de derechos humanos".

Vidal considera que los enfrentamientos son la "expresión de una estructura criminal nacional" que desea tener acceso a los negocios estratégicos de la región.

La autoridad local niega que el origen de la violencia esté dentro de esa población. "Nos han dicho de manera reiterada a los bonaverenses que hemos armado una guerra y no es así. No podemos aceptar que nos estigmaticen".

Durante su intervención en el encuentro con otras autoridades comunitarias, se preguntó cómo un joven de esa ciudad del Valle del Cauca podía conseguir un fusil "que cuesta más que la casa donde vive". Señaló que en el mercado ilegal ese tipo de armamento vale 25 millones de pesos (aproximadamente 7.000 dólares).

Por ese motivo, Vidal exigió al Estado colombiano que se articule con la comunidad "para resolver de fondo la situación en Buenaventura".

Las 'casas de pique'

La más reciente alarma la encendió el obispo de Buenaventura, Rubén Darío Jaramillo, quien manifestó el pasado jueves en una entrevista de la FM que las 'casas de pique' no han desaparecido. "Se ha mantenido esta práctica con nuevas modalidades" en esteros y zonas de bajamar.

Las denominadas 'casas de pique' fueron lugares utilizados para torturar, asesinar y desmembrar a personas, que habrían surgido en Buenaventura en 2014.

En opinión de la autoridad religiosa, con este tipo de práctica, que se creía terminada, "se busca generar miedo, terror y amedrentamiento". "En este momento no hay libre movilización en Buenaventura", lamentó.

Según su testimonio, basado en su permanencia de cuatro años en esa ciudad, quienes se alejan de la zona central "desaparecen". "Si las personas no son del barrio, deben entrar con familiares o gente de allí porque corren peligro de que desaparezcan, los piquen y los entierren en los bosques de los manglares".

"Acá hay un Estado paralelo en donde el crimen controla y cobra impuestos, por eso queremos que se vea el Estado con toda su capacidad y poder", agregó.

Situación económica de Buenaventura

El distrito de Buenaventura, localizado en el departamento del Valle del Cauca, tiene una posición geoestratégica privilegiada. Por allí, a través de su zona portuaria con salida al Pacífico, se mueve 60 % de la mercancía que entra al territorio colombiano. 

La actividad económica se caracteriza por la explotación maderera, de minerales, la pesca y las plantaciones de palma africana, cacao, caucho, entre otros cultivos.

A pesar de que el puerto de Buenaventura, según la Superintendencia de Transporte, movilizó en en 2020 casi 18 millones de toneladas, de las 163 millones que pasaron por todos los puertos colombianos, la realidad de sus habitantes es distinta.

Registros recientes del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) arrojaron que 82 % de su población se encuentra en pobreza, 41 % padece de pobreza extrema y más de 60 % se está desocupada por falta de oportunidad laboral.

Con estas dos caras de una misma realidad, las organizaciones criminales han intensificado sus acciones violentas, que se basan en el sometimiento de los habitantes, homicidios y desapariciones, en el contexto de la disputa por el acceso a los recursos económicos que circulan en la zona.

Nathali Gómez

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