Este viernes Moscú luce completamente vestida de blanco por la llegada de una de las mayores tormentas de nieve de los últimos tiempos, que se va a prolongar durante todo el fin de semana.
Los pronósticos estiman que pueden caer hasta 35 centímetros de nieve —casi la misma cantidad de precipitaciones que el promedio mensual— y que las ráfagas de viento pueden alcanzar los 72 kilómetros por hora. Por si esto fuera poco, las temperaturas se mantienen entre los -10 y -20 grados centígrados.
Ante semejantes condiciones meteorológicas, las autoridades capitalinas dan una prioridad especial a la limpieza de los accesos al metro, las paradas de buses, los centros de salud y los edificios públicos.
También recomiendan a los conductores que, de ser posible, se abstengan de utilizar sus vehículos particulares, y a los peatones que tengan mucha precaución a la hora de andar por la vía pública.
El director científico del Centro Hidrometeorológico de Rusia, Román Vilfand, precisó que "la cantidad de nieve será enorme y va a nevar de manera constante".
Por todo ello, calificó el fenómeno climático como "un verdadero colapso de nieve".
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