El británico Carl Knight, jefe de la empresa de safari Take Aim Safaris, invitó a sus clientes a Sudáfrica y Zimbabue para cazar a la fauna local que, según él, ha aumentado por la pandemia de coronavirus.
"Grandes elefantes y búfalos trofeos, hipopótamos, cocodrilos son abundantes. Las áreas están bien descansadas, el movimiento de los animales es fantástico", escribió el empresario en un correo electrónico enviado a 3.000 sus clientes, que fue visto por Mirror.
En un comentario a periodistas, Knight confirmó el anuncio y apreció la "publicidad". "Nuestras cacerías son legales y si les gusta o no, no me importa", dijo.
La noticia provocó la ira de los animalistas. Así, Damian Aspinall, de la fundación benéfica Aspinall Fountation, llamó a "parar" la caza de trofeos, tachándola de "realmente repulsiva". "Deberíamos hacer todo lo posible para ayudar a estos animales en peligro de extinción a prosperar en la naturaleza. Es nuestro deber moral", dijo el activista.
Por su parte, el fundador de la campaña anticacerías Campaign To Ban Trophy Hunting, Eduardo Goncalves, sostuvo que Knight "debería ser despojado de su ciudadanía británica por su papel en la matanza de un gran número de algunas de las especies más amenazadas del mundo".
"El Gobierno de Estados Unidos dice que los leones podrían desaparecer de su hábitat natural para el 2050. Sin embargo, Carl Knight sigue vendiendo lucrativas cacerías de estos y otros animales en peligro de extinción para ganar dinero y poner una sonrisa enfermiza en el rostro de aquellos que disfrutan matando animales solo por diversión", manifestó Goncalves al respecto.
La propuesta de renovar los safaris fue criticada también por los riesgos sanitarios que presuponen los viajes a Sudáfrica y Zimbabue. Ambos países son el foco de la propagación de una peligrosa cepa del SARS-CoV-2 y están en la lista de países al regreso de los cuales los británicos tienen que autoaislarse.
"Este es el colmo de la irresponsabilidad durante una pandemia y cuando se está experimentando el auge de una variante sudafricana. Es muy malo en muchos niveles", afirmó al respecto el parlamentario laborista británico Rupa Huq.