Un residente de la ciudad de Oita, capital de la prefectura homónima situada en el sur de Japón, logró robar a la dueña de un restaurante local donde trabajó sin ensuciarse las manos. Obtuvo lo que quería a través de un tribunal, pero finalmente su plan fue descubierto.
Todo comenzó cuando la empresaria decidió verificar su cuenta bancaria y descubrió que todos sus fondos —300.000 yenes (aproximadamente 2.900 dólares)— habían desaparecido y su tarjeta estaba bloqueada. Fue entonces cuando descubrió que la cuenta había sido incautada sin aviso por el Tribunal de Distrito de Oita, publica Sora News.
Resultó que en 2019, un exempleado de su restaurante la demandó alegando que la empresaria le debía 680.000 yenes (unos 6.500 dólares). La Justicia falló a favor del demandante y la cuenta bancaria de la mujer fue desde entonces retenida y todo el dinero que tenía en ella transferido a la parte agraviada. Pero, ¿cómo fue posible?
Un plan casi perfecto
El estafador presentó su demanda en la vecina prefectura de Kumamoto y, en lugar de indicar la dirección real de su exjefa, puso la ubicación de un domicilio en Oita con el que la mujer no tenía nada que ver. Cuando la corte envió el escrito de demanda a la dirección falsa, la mujer no lo recibió.
La carta fue devuelta a la corte, lo cual se notificó al demandante. A su vez, el estafador siguió insistiendo en que la dirección era la correcta, alegando que las luces de la vivienda estaban encendidas por la noche y el medidor de agua funcionaba correctamente.
Según explica Sora News, cuando en Japón un tribunal envía un escrito de reclamación por correo certificado, este se considera recibido por el demandado en el momento de su entrega en la oficina de correos, independientemente de si el destinatario lo recibió finalmente o no. Si dentro de cierto período de tiempo el imputado no aparece en la corte, entonces el juicio se puede realizar sin el acusado.
Y eso es exactamente lo que sucedió en este caso. Después de que el juez de Kumamoto fallara a su favor, el hombre presentó en agosto de 2020 el veredicto al tribunal de Oita y solicitó retirar el dinero de la cuenta bancaria de su exempleadora. Al no ver ninguna razón para dudar de la decisión de sus colegas de Kumamoto, los jueces de Oita aprobaron la solicitud y retiraron el dinero de la cuenta de la empresaria para entregárselo a su 'víctima'.
El plan casi funcionó, pero la mujer descubrió rápidamente la pérdida de fondos y presentó una contrademanda que finalmente ganó este 10 de febrero, recibiendo un total de 1,78 millones de yenes (casi 17.000 dólares), entre los que se incluyen los fondos robados y una compensación moral. En cuanto al estafador, su castigo está aún por determinar.
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