Un buque de guerra de la Armada estadounidense navegó el miércoles a menos de 12 millas náuticas de las islas reclamadas por Pekín en el mar de China Meridional, la segunda maniobra de este tipo en varias semanas, mientras la Administración Biden intensifica la presencia militar de EE.UU. en las aguas en disputa.
De acuerdo con el comunicado de la Séptima Flota de la Armada de EE.UU., el destructor de misiles guiados USS Russell "afirmó los derechos y libertades de navegación en las islas Spratly, de conformidad con el derecho internacional". China reclama soberanía sobre todo el archipiélago, pero Brunéi, Malasia, Filipinas, Taiwán y Vietnam también han presentado reclamos de competencia por algunas o todas las islas.
"Esta operación de libertad de navegación ('FONOP') defendió los derechos, libertades y usos legales del mar reconocidos en el derecho internacional al desafiar las restricciones ilegales al paso inocente impuestas por China, Vietnam y Taiwán", aseveró el teniente Joe Keiley, portavoz de la Séptima Flota en un comunicado.
Este fue el segundo desafío realizado por buques estadounidenses en la región en las últimas dos semanas. El USS Russell siguió los pasos de una misión similar del destructor USS John S McCain en el estrecho de Taiwán a principios de febrero. Estados Unidos también realizó simulacros en el mar de la China Meridional con el USS Theodore Roosevelt y el USS Nimitz.
El gigante asiático se ha opuesto a la presencia de cualquier buque de la Armada estadounidense en las islas del mar de China Meridional, que considera su territorio soberano. Pekín aprobó recientemente la Ley de la Guardia Costera que otorga permiso directo a sus fuerzas de defensa para usar todos los medios necesarios, incluido disparar, para evitar cualquier amenaza de un barco extranjero.
Los extensos reclamos territoriales de Pekín en dichas aguas ricas en recursos se han convertido en un tema candente en una relación cada vez más irritable entre China y EE.UU. Washington ha denunciado los supuestos intentos de Pekín de intimidar a vecinos con intereses en competencia. Por su parte, China ha denunciado repetidamente lo que llamó esfuerzos de EE.UU. de desestabilizar la región e interferir en lo que considera sus asuntos internos.