La Policía de Portland (Oregón, EE.UU.) se enfrentó este martes a un grupo de residentes que estaban rebuscando en la basura, luego de que un supermercado local desechara una gran cantidad de comida por considerarla deteriorada y peligrosa para el consumo, tras el apagón que se produjo en la ciudad durante una tormenta invernal.
En las redes sociales aparecieron fotos de dos contenedores de basura con kilos de alimentos que el supermercado decidió desechar porque no podía garantizar la debida refrigeración. Al ver carnes, mariscos, quesos, yogures y otros productos lácteos, así como postres y hasta zumos y verduras, muchos transeúntes se apresuraron a llevarse a casa todo lo que cabía en sus manos para 'salvar' la comida.
La Policía, que acudió al lugar para impedir que los residentes locales vaciaran los basureros, constató que en el lugar se congregaron alrededor de 50 personas y la situación llegó a ponerse tensa. Después de amenazar con proceder a detenerlos, la muchedumbre se dispersó hacia el otro lado de la calle, reporta The Oregonian.
El activista Juniper Simonis, que documentó la presencia policial, contó al diario que la gente que trataba de llevarse aquella comida "no estaba ahí por motivos egoístas". Precisó que algunos pertenecían a grupos que ayudan a abastecer los centros de acogida de los sintecho con alimentos y otros recursos, y que no se trató de vandalismo, sino de dar de comer a personas que pasan hambre.
En las redes hubo críticas tanto hacia la actuación de los agentes como para la falta de empatía por parte de la administración de la tienda que botó la comida, pero también comprensión de que los responsables del supermercado básicamente trataban de protegerse de un potencial litigio en su contra, puesto que un negocio podría sufrir consecuencias graves por repartir comida gratis si es considerada peligrosa para el consumo.
Desde el supermercado, a su vez, subrayaron que debido al corte de energía eléctrica, "algunos alimentos perecederos ya no eran seguros para ser donados a las agencias locales que luchan contra el hambre" y querían ahorrarles a estas todo riesgo innecesario. También indicaron que cada año donan 2,5 millones de kilos de alimentos "seguros y nutritivos" a sus bancos de alimentos asociados y a las comunidades.