Texas vive estos días temperaturas extremadamente bajas por el paso de una tormenta invernal que, literalmente, congeló a los residentes locales, llegando el mercurio de los termómetros a encogerse el pasado domingo hasta los 18 grados bajo cero.
Este jueves, unas 320.000 viviendas y negocios seguían sin electricidad, mientras que un día antes su número fue de tres millones. El gerente de la red eléctrica estatal, que ha sido objeto de críticas por la respuesta a la tormenta, advirtió que los apagones podrían fluctuar durante las horas punta de la demanda.
A los cortes de electricidad y calefacción se suma el congelamiento y la explosión de tuberías. Los residentes hacen filas para llenar recipientes, mientras que las autoridades les piden que hiervan el agua corriente antes de beberla.
En medio de la ola de frío, en algunas casas se congelaron hasta peceras con peces dentro, e incluso las bañeras, en las que algunos residentes de Texas almacenaron agua temiendo que escaseara a causa de las tuberías averiadas.
En uno de los apartamentos incluso se formaron carámbanos en el ventilador instalado en el techo.