Las autoridades de Vida Silvestre del estado de Tennessee (EE.UU.) han hecho uno de los descubrimientos más extraños jamás documentados cuando se encontraron con un ciervo de cola blanca que tenía abundante pelo creciendo en ambos globos oculares, informó esta semana la revista Quality Whitetails, de la Asociación Nacional de Ciervos.
A mediados del año pasado un hombre reportó sobre un ciervo desorientado que sangraba y que además tenía algo inusual en los ojos. El pelo sobresalía de los discos de piel que cubrían las córneas del venado macho.
El biólogo Sterling Daniels señaló que el animal probablemente solo podía distinguir la luz de la oscuridad, pero no ver hacia donde caminaba, y comparó su situación con "cubrirse los ojos con una toalla".
Determinaron que el ciervo padece de dermoides corneales, una rara condición que consiste en el crecimiento de tejido normal en ubicaciones anormales. "Estas masas de piel generalmente son benignas (no invasivas) y son congénitas", explicó la doctora Nicole Nemeth.
Aunque esta anomalía puede presentarse en los animales, no es común que crezca pelo sobe ella. Los especialistas señalan que las bolas de piel peluda probablemente se formaron durante la etapa temprana de desarrollo del animal, quizás como resultado de un defecto del desarrollo embrionario.
El mismo ciervo dio positivo por enfermedad hemorrágica epizoótica (EHD), que es causada por un virus y que en ocasiones puede ser mortal. Se caracteriza por sangrados extensos e inflamación severa de los tejidos.
Los especialistas quedaron sorprendidos con que este animal haya podido sobrevivir más de un año pese a su visión limitada. Suponen que "el venado fue capaz de adaptarse a su campo de visión decreciente con el tiempo".
A menudo los casos de dermoides corneales se reportan en animales domésticos, sobre todo en perros y vacas, y por lo general no son tan grandes. El ciervo cola blanca de Tennessee es solo el segundo caso documentado y el primero que afecta en tal magnitud a los dos ojos.