Un grupo de turistas presenció un raro espectáculo durante un recorrido de observación de vida marina en la costas de Bremer Bay, en el estado de Australia Occidental, al atestiguar un ataque coordinado entre dos manadas de orcas ('Orcinus orca') que se unieron para cazar por cerca de cuatro horas a un joven ejemplar de ballena jorobada ('Megaptera novaeangliae'), el cual sobrevivió a los embates.
Según contó a medios locales Gemma Sharp, copropietaria de la empresa turística organizadora del recorrido, todo parecía ser un paseo de observación de ballenas común, cuando de pronto notó a unas 15 orcas que chapoteaban en la superficie. Al observar detenidamente se percató de lo que realmente sucedía: el grupo de orcas intentaba una y otra vez atrapar a una ballena jorobada para voltearla y ahogarla.
A pesar de que esta técnica funciona con los ballenatos, los esfuerzos de las orcas fueron en vano, ya que, debido al gran tamaño y fuerza de la ballena de unos dos o tres años, los depredadores no lograron más que arrancarle un pedazo de aleta dorsal. Tras el infructuoso ataque, la presa se refugió debajo de la embarcación turística por cerca de una hora.
No obstante, una de las mandas, compuesta por seis ejemplares, no se dio por vencida y decidió probar con una nueva táctica. En esta ocasión, las orcas se alejaron unos cientos de metros de la presa y crearon una especie de cerco para bloquear cualquier vía de escape, obligándola así a pasar por un sitio donde la esperaban dos machos de gran tamaño para embestirla.
Durante el segundo ataque, el miembro más grande de la manada, un macho de cerca de nueve toneladas conocido como Notcho, cargó con gran fuerza en contra de la mandíbula de la presa, pero sin ocasionarle ningún daño. Por su parte, la ballena se defendió del depredador asestándole un certero golpe con la aleta caudal, lo que motivó a los cazadores a dejar libre a la presa.
"Sabíamos que estábamos presenciando algo importante. Las orcas estaban en pleno modo de ataque y la jorobada intentaba desesperadamente protegerse […] Nuestro biólogo marino y el científico de a bordo también estaban completamente asombrados, llevan años estudiando estas cosas y nunca habían visto algo así", comentó Sharp, quien reconoció el esfuerzo de su equipo para documentar por primera en la zona una cacería de esta naturaleza.
Si te ha gustado, ¡compártelo con tus amigos!