Un reporte interno del Gobierno de EE.UU. sugiere que el conflicto en Etiopía lleva a una limpieza étnica

Podría tratarse de los crímenes de guerra cometidos por los combatientes que entraron en la región de Tigray en noviembre del 2020.

Un reporte interno del Gobierno de EE.UU., obtenido por The New York Times, revela que el Ejército etíope y las milicias aliadas lideran una campaña sistemática de limpieza étnica en Tigray, región dividida étnicamente y devastada por el conflicto interno, agudizado recientemente.

El documento, redactado este mes de febrero, estipula que los combatientes de procedencia amhara, que en noviembre pasado se unieron a la campaña militar del Ejército, están cometiendo crímenes de guerra contra los tigrayanos, otro grupo étnico local. En particular, podría tratarse de violaciones, saqueos y masacres. 

Se documentaron casos cuando los tigrayanos fueron atacados, detenidos y reubicados por la fuerza en otras partes de la región. Unos huyeron al monte, otros lograron cruzar la frontera con Sudán de forma ilegal, mientras que "aldeas enteras quedaron severamente dañadas o completamente arrasadas". En contraste, las ciudades de Tigray con población amhariana estaban prosperando y casi no resultaron afectadas por las hostilidades. 

Al mismo tiempo, en su reporte, publicado este viernes, Amnistía Internacional estipuló que en noviembre del 2020 los oficiales  del Ejército de la vecina Eritrea se infiltraron en la zona del conflicto, y mataron sistemáticamente a cientos de civiles tigrayanos, disparando a algunos de ellos en las calles.

Hasta los últimos días, el Gobierno de Etiopía rechazó rotundamente toda la crítica a su campaña en Tigray. Este viernes la oficina del jefe del Gobierno dijo que estaba lista para colaborar en una investigación internacional sobre las atrocidades, cometidas en la región. Al mismo tiempo, afirmó que las autoridades proporcionan un acceso "sin restricciones" a las organizaciones no gubernamentales, que trabajan en el terreno para prevenir una crisis humanitaria. 

Agudización del conflicto interno

La tensión entre el Gobierno central de Etiopía y el Frente de Liberación Popular de Tigray (TPLF, por sus siglas en inglés) empezó cuando el primer ministro del país, Abiy Ahmed, asumió el cargo en el 2018. Cabe destacar que en 2019 el líder recibió el Nobel de la Paz por su decisivo rol en la resolución del conflicto con Eritrea. 

Las tensiones se agravaron en noviembre del 2020, al acusar Ahmed a las fuerzas regionales de Tigray de atacar al Ejército etíope. En respuesta, se lanzó una ofensiva para reprimir las "actividades ilegales y violentas" de las fuerzas regionales, que ponen en peligro "el orden constitucional, la paz pública y la seguridad, amenazando especialmente la soberanía del país". Como resultado, las tropas gubernamentales lograron apoderarse de la capital local y obtener el control de las instalaciones críticas de la región con la ayuda de la comunidad amhara local.   

Debido al apagón informativo a causa de la desconexión del servicio telefónico, la zona permanecía aislada durante semanas. Los periodistas estaban bloqueados para entrar, por lo que las noticias tardan semanas e incluso meses en difundirse. Es por eso que solo esta semana se confirmó la matanza de al menos 800 personas en Axum, la ciudad más sagrada de Etiopía, donde la población local cree que se encuentra el Arca de la Alianza.