El nivel del mar ha oscilado algunos centímetros en los últimos siglos, pero el registro de estos cambios no nos permite imaginar lo altas que pudieron haber estado las aguas de los océanos hace miles de millones de años.
Un nuevo estudio sugiere que entre 4.000 y 3.200 millones de años atrás nuestro planeta albergaba un volumen de agua de casi el doble del actual, suficiente para sumergir por completo los continentes, por lo que la Tierra tenía el aspecto de un "mundo del agua".
Según esta investigación, la gradual desaparición del agua no se debería a que el líquido se hubiera evaporado al espacio, sino a un proceso geoquímico llamado hidratación, mediante el cual gran parte del agua se convierte en rocas de la corteza y del manto. Muchos minerales que se remontan a ese período, llamado Arcaico temprano, contienen más hidrógeno y oxígeno de lo que deberían, estiman los científicos.
Según los cálculos previos a este estudio, las temperaturas del manto eran cuatro veces superiores cuando la Tierra era todavía muy joven, ya que lo calentaba la radioactividad, considerablemente más potente que la actual. En esas condiciones el manto posiblemente no contenía muchos hidratos, que hoy en día son abundantes y permiten que las rocas 'almacenen' agua, indican los investigadores.
El modelo termodinámico que utilizó este equipo, compuesto por científicos de la Universidad de Harvard y el University College de Londres, apunta a unos océanos arcaicos "más grandes que en la actualidad", que posiblemente provocaron "una inundación excesiva de la superficie", reporta este 9 de marzo su artículo publicado en AGU Advances.
El hecho de que en esa época las rocas fundidas del manto tuvieran una capacidad varias veces más baja para almacenar agua significa que "el agua debía estar en otro lugar", explicó el primer autor de este estudio, el geofísico Junjie Dong, según recoge la revista Science. "Y el depósito más probable es la superficie".
El volumen de agua adicional equivaldría, según los cálculos de Dong y su equipo, a la masa oceánica superficial moderna. Eso colocaría el nivel del mar por encima de la cima del Monte Everest, el pico más alto del mundo. Por el momento esta afirmación no es más que una hipótesis, pero "podría tener importantes implicaciones", afirmó el investigador.
Rocas reveladoras
El equipo prestó una atención especial a los cristales de circón más antiguos existentes. Su estructura y composición sugieren que se formaron hace 4.000 millones de años en lo que hoy es Australia Occidental, pero bajo el agua. Algunas de las rocas más antiguas conocidas de la superficie, los basaltos acojinados de Australia y Groenlandia, también se formaron en el mar hace 3.000 millones de años.
Dos variantes de olivino, un mineral de color verde que sale a la superficie con las erupciones volcánicas pero formados en ambos casos en condiciones de alta presión del manto, contienen mucha agua, destacan Dong y sus coautores. El equipo calculó que las rocas ricas en estos minerales constituyen el 7% de la masa del planeta, mientras que solo el 2% del peso total de la Tierra es propiamente agua.
La idea de estos investigadores corrobora las conclusiones de otro estudio, publicado hace exactamente un año, que midió la presencia de oxígeno pesado en las rocas de Australia. La proporción de dos isótopos de este elemento en un fragmento de la corteza que tiene 3.240 millones de años sugería que esa región posiblemente estuvo cubierta por una capa de agua marina muy profunda.
Esta abundancia del importante indicador geoquímico no significa necesariamente que el nivel del mar fuera mucho más alto en aquella época, comentó el geólogo y geoquímico Benjamin Johnson en declaraciones a la revista Science, pero "es más fácil tener continentes sumergidos si los océanos son más grandes", sostuvo.
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