China ha convocado a la embajadora de Reino Unido en Pekín, Caroline Wilson, por un "inapropiado" artículo escrito por la diplomática en el que defiende la actividad periodística realizada por los medios internacionales y justifica las críticas que lanzan contra el Gobierno del país asiático, informa Reuters.
En el artículo, publicado la semana pasada en la cuenta oficial de WeChat de la embajada, Wilson responde a los señalamientos hechos por medios oficiales chinos en los que se ha acusado a periodistas extranjeros de ser "enemigos de China" y de no mostrar afecto por el país.
En su texto, la diplomática sostiene que las críticas vertidas por los medios de comunicación extranjeros hacia la gestión del presidente Xi Jinping son hechas de "buena fe" y considera que estas "desempeñan un papel activo como organismo de seguimiento de las acciones gubernamentales, garantizando que las personas tengan acceso a información veraz y protegiendo a quienes no tienen voz".
Por su parte, el Ministerio de Asuntos Exteriores chino aseguró a través de un comunicado que Pekín nunca se ha opuesto a la actividad periodística realizada por comunicadores extranjeros y afirmó que su postura es en contra de aquellos que transmiten "noticias falsas" para atacar al Estado y al Partido Comunista bajo el amparo de la libertad de prensa y expresión.
Según el jefe del Departamento de Asuntos Europeos, Wang Lutong, China tiene opiniones "severas" sobre el artículo, al cual calificó como "inapropiado" y "lleno de arrogancia y prejuicios ideológicos". Asimismo, consideró que la publicación "es gravemente incompatible con el estatus de los diplomáticos"
"Mantengo mi artículo. No cabe duda de que el embajador chino saliente en Reino Unido mantiene los más de 170 artículos que pudo publicar en los principales medios de comunicación británicos", escribió Wilson en su cuenta de Twitter ante las acusaciones.
Las tensiones entre ambas naciones respecto a los medios de comunicación comenzaron el mes pasado, cuando las autoridades británicas revocaron la licencia de transmisión en su territorio del canal de noticias CGTN tras considerar que el Partido Comunista Chino era el responsable editorial de la cadena.
Esta medida fue respondida desde Pekín eliminando la programación de BBC World News de las cadenas de televisión de China, alegando que el medio británico había socavado la unidad nacional con sus reportes sobre presuntas violaciones de los derechos humanos de los musulmanes uigures en la provincia china de Xinjiang.
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