"Justicia por Diego": el clamor que invadió Buenos Aires para exigir castigo a los presuntos responsables de la muerte de Maradona

Las hijas del '10', Dalma y Gianinna Maradona, encabezaron la masiva movilización en el centro de la capital argentina.

Diego no murió. A Diego lo mataron. La frase se repite una y otra vez en banderas, en camisetas, en pancartas. Las dicen los fanáticos de Diego Armando Maradona, el máximo ídolo del futbol argentino que falleció el pasado 25 de noviembre, a los 60 años de edad.

Desde ese día, los pormenores de sus últimos meses de vida plagados de depresión, soledad, descuido y abandono han estremecido a su familia y a sus fieles seguidores, esa muchedumbre que lo amaba incondicionalmente y que este miércoles se concentra en el Obelisco para descargar su rabia y exigir juicio y castigo a quienes consideran culpables de su deceso.

La movilización está encabezada por su exesposa Claudia Villafañe y sus hijas Dalma y Gianinna. Apenas llegan a la manifestación, son rodeadas por periodistas y cientos de maradonianos que vienen a apoyarlas en su lucha para que se sepa la verdad sobre su muerte.

"Condena social y judicial para los culpables. Justicia por D10S", reza la manta que llevan al frente. Pero las tres se van pronto, porque la situación amenaza con desbordarse, tal y como ocurrió siempre con la vida, obra y muerte de Maradona.

Los fans se quedan. "Siempre con Dalma, Gianinna y la Claudia", escribe uno de ellos sobre el asfalto. Otros agitan banderas de todos los tamaños que llevan estampado el rostro del ídolo. Abundan las fotos de Diego levantando la Copa de México 86, recuerdos de sus goles en la Selección, en Boca Juniors, en el Napoli.

Pero esta tarde no es para rememorar glorias deportivas que ya son inmortales, sino para exigir justicia. Eso explica las advertencias: "Al Diego, todo. Al enemigo, ni justicia", "No tienen perdón de vos", "Justicia por nuestro Diego. Presos ya".

Los vendedores ofrecen todo tipo de mercancía con la firma o la imagen del Pelusa. Ya sean gorros, banderas, pelotas y camisetas, hasta los indispensables barbijos pandémicos. "Yo soy el Diego de la gente", avisa un cartel con la foto de Maradona corriendo tras la pelota, y que es uno de los más vendidos.

"Te fuiste cumpliendo tu sueño", avisa en un tono más nostálgico una de las mantas que rodean al Obelisco, el monumento nacional argentino en el que se dispersan cantos de cancha para alentar al exjugador. "¡Gracias, Diego!", grita solitario un hincha mientras ondea con las dos manos una bandera y asegura, al borde de las lágrimas, que su luto será eterno.

"Juro que la cara voy a dar, cada vez que alguien te nombre aquí o allá", promete otro fan en su mensaje escrito.

Indignación

Los destinatarios de la movilización tienen nombres y apellidos. Los principales son el médico Leopoldo Luque, la psiquiatra Agustina Covachov y los abogados Matías Morla y Víctor Stinfale, parte del famoso y desprestigiado "entorno" que acompañaba a Maradona, que era responsable de sus tratamientos y del manejo de sus bienes.

Pero desde que murió, comenzaron a filtrarse audios que darían cuenta de la mala praxis médica que sufrió; la aparente manipulación de quienes lo rodeaban para mantener alejada a la familia, en especial a sus hijas Dalma y Giannina; y la manera en que su médico, su abogado y otras personas que trabajaban con él priorizaban sus intereses económicos y no la salud del ídolo.

En uno de esos audios, por ejemplo, Luque se refiere con insultos a Maradona y anticipa que se va a terminar muriendo; se preocupa por su propia imagen, no por la salud de su paciente; y manipula la historia clínica. Un peritaje ya demostró que, para ello, incluso falsificó la firma de su célebre paciente.

Otra filtración deja todavía más claro que los intereses del "entorno" eran meramente económicos. No les preocupaba Maradona, sino el dinero que podían perder con su muerte.

"De esto depende el trabajo de todos, de mí dependen el trabajo de muchas personas, tranquilo que si logro zafar deésta, hay plata para todos", decía en un mensaje Maxi Pomargo, cuñado del abogado Morla, quien también insistía en evitar que Gianinna se llevara a su padre a su casa porque entonces perderían el negocio que, para ellos, representaba el exjugador.

Otros testimonios han detallado que a Diego jamás se le atendió del corazón, a pesar de que tenía problemas cardíacos, y ese fue el principal motivo de su muerte; que consumía combos de antidepresivos, marihuana y alcohol, muchas veces suministrado por su "entorno" para que se durmiera y "no molestara de noche". Que le impedían manejar sus teléfonos celulares. Que alejaban a la familia.

Cada revelación incrementa el estupor y la indignación por el maltrato padecido por el ídolo de un pueblo, que hoy le ratifica su amor y lealtad, y que presionará para que todos los que hayan tenido alguna responsabilidad en su muerte, sean llevados ante los tribunales.

Cecilia González

Si te ha gustado, ¡compártelo con tus amigos!