Venezuela ha acusado al Gobierno brasileño de Jair Bolsonaro de convertirse en "el principal obstáculo para salvar vidas en el peor momento de la pandemia" del coronavirus, y por ello ha pedido a la Organización de las Naciones Unidas (ONU) intervenir para que "Brasil asuma y controle la tragedia y así proteger a toda Suramérica".
El ministro de Relaciones Exteriores de Venezuela, Jorge Arreaza, hizo pública una carta que Caracas envió al secretario general de la ONU, António Guterres, el pasado 6 de marzo, en la que brinda un panorama sobre lo que ocurre en Brasil, una situación que consideran "peligrosa" y que "viene amenazando" a toda América del Sur.
Señalan que Brasil es el país de la región con más casos y decesos por coronavirus —con 11.202.305 de contagiados y 270.656 muertes hasta este miércoles 10 de marzo, día en que registró la cifra diaria de fallecidos más alta, de 2.286— y "la ocupación de los hospitales, en particular el número de camas disponibles en las unidades de cuidados intensivos, está llegando al máximo".
Pese a esa realidad, dice Venezuela, Bolsonaro, "de un modo demencial, se niega a establecer políticas de coordinación sanitaria, tanto con las autoridades de las entidades federales dentro del territorio brasileño como con las autoridades de países vecinos", con el fin de reducir el número de contagios, muertes y la sobrecarga de los sistemas de salud pública.
Asimismo, en la misiva, Caracas explica al titular de la ONU la razón por la cual esta situación tiene un profundo impacto en toda la región: "Brasil es el país de mayor extensión territorial y población de América del Sur, compartiendo fronteras con nueve países y un territorio colonial, incluyendo 2.200 kilómetros con Venezuela".
La variante brasileña
Venezuela manifiesta su preocupación, en particular, por la cantidad de casos de coronavirus confirmados en los estados fronterizos de Amazonas y Roraima; y, especialmente, el temor por la circulación de la variante P.1 del SARS-CoV-2, que es originaria de Manaos.
El pasado miércoles 3 de marzo, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, informó que esa variante P.1 fue detectada en tres entidades del país.
Entonces, precisó que habían 10 casos activos con esta cepa: dos en Caracas, dos en Miranda y seis en el estado Bolívar.
No es la primera vez que Venezuela advierte a la ONU sobre el peligro que representa la situación de Brasil para la región. En junio de 2020, según dice la misiva recién enviada, ya habían alertado que la negación de la severidad de la pandemia por las autoridades brasileñas y la falta de políticas públicas para contener los contagios conduciría a la realidad que se está viendo actualmente.