Los episodios vividos esta semana en la vida política española han vuelto a poner de actualidad el término tránsfuga, muy manejado hace años y que parecía haber pasado a un segundo plano en los últimos tiempos.
Este miércoles en la región de Murcia se presentaba una moción de censura. La pretensión era acabar con la Presidencia de Fernando López Mirás, del Partido Popular (PP), después de una serie de escándalos protagonizados por esa fuerza conservadora. Los seis firmantes eran todos los diputados de Ciudadanos, partido que integraba la coalición de Gobierno, y los aliados eran los parlamentarios del Partido Socialista. El objetivo del acuerdo: formar un nuevo Gobierno de coalición conformado por Ciudadanos y socialistas.
La situación ha dado un giro tan solo dos días después, cuando tres de los diputados de Ciudadanos han cambiado de opinión, y tras haber firmado la moción de censura, ahora sostienen que no están de acuerdo y no piensan secundarla. Sin su apoyo la moción es inviable. Estos tres diputados han obtenido a cambio, tras las negociaciones con el PP, tres consejerías, incluida una Vicepresidencia.
¿Qué es un tránsfuga?
Durante esta jornada una de las palabras más repetidas es la de tránsfuga. Para entender su significado es necesario aludir al sistema político de España.
Tanto el país, a nivel nacional, como sus regiones se gobiernan bajo un régimen parlamentario, no presidencialista. Es decir, los ciudadanos con sus votos eligen a los parlamentarios y son estos los que posteriormente eligen al presidente que conformará el Gobierno.
En este escenario es importante el papel de los partidos políticos. Los diputados de las Cámaras legislativas se dividen en grupos parlamentarios que, normalmente, se corresponden con los partidos políticos, formaciones que exigen una disciplina de voto para poder diseñar e implementar estrategias políticas.
Si bien es cierto que según la legislación española la titularidad del escaño es nominal, la disciplina de partido se entiendo como un elemento fundamental para el normal funcionamiento de las instituciones.
Hasta la fecha las formaciones políticas han dado libertad de voto a sus parlamentarios en contadas ocasiones, normalmente en materias que tienen que ver con cuestiones morales. Y cuando un diputado ha cambiado el sentido de su voto abandonando a su formación y apoyando a otra, de fondo siempre han sonado rumores de corrupción.
Pacto antitransfuguismo
El transfuguismo ha sido tradicionalmente contemplado en España como un problema por los partidos políticos. Tanto es así, que han sido varias las ocasiones en que se ha llegado a pactos en esta materia.
En 1998 se suscribió el Acuerdo sobre un código de conducta política en relación con el transfuguismo en las corporaciones locales. Fue el primer gran acuerdo en este ámbito. Con posterioridad le seguirían otros. Así, en septiembre del año 2000 se suscribió la renovación de este acuerdo.
La reactivación de este pacto sucedió más recientemente, en el verano de 2020, y fue suscrito por la mayoría de fuerzas del país: Partido Socialista, Partido Popular, Izquierda Unida, Esquerra Republicana de Catalunya, PNV, BNG, Coalición Canaria, Partido Aragonés, Unión del Pueblo Navarro, Podemos, Ciudadanos, PSC, Foro Asturias, Partido Regionalista de Cantabria, Compromís, Geroa Bai, Galicia en Común, Catalunya en Comú, Más País, Equo, Mes per Mallorca y Agrupación Socialista de la Gomera.
Lo sucedido ahora en Murcia, por tanto, viola este pacto firmado tanto por PP como por Ciudadanos.
De acuerdo con el documento, se considera tránsfuga a "los y las representantes locales, autonómicos y estatales que, traicionando al sujeto político (partidos políticos, coaliciones o agrupaciones de electores) que los y las presentó a las correspondientes elecciones, hayan abandonado el mismo, hayan sido expulsados o se aparten del criterio fijado por sus órganos competentes".
El 'tamayazo'
La otra palabra más repetida en esta jornada es la de 'tamayazo'. Con ese nombre se conoció el escándalo producido en la Comunidad de Madrid en el año 2003. Se habían celebrado elecciones regionales y el Partido Socialista e Izquierda Unida (IU), con 56 diputados entre ambos, se habían puesto de acuerdo para relevar al popular Alberto Ruiz Gallardón al frente de la Presidencia de la región, ya que su partido contaba solo con 55 escaños.
Durante las dos votaciones de investidura, dos parlamentarios socialistas, Eduardo Tamayo y María Teresa Sáenz, se ausentaron, dejando a socialistas e IU en minoría. Las elecciones debieron repetirse y el PP alcanzó la mayoría absoluta. Desde el principio circularon rumores de que los dos diputados que provocaron el escándalo habrían recibido dinero de una trama urbanística que pretendía beneficiar al PP, aunque no se pudo demostrar nada en los tribunales.
Precisamente #tamayazo ha sido 'trending topic' en el país nada más conocerse la noticia de lo sucedido en Murcia. Muchos internautas han hecho alusión a este caso paradigmático de transfuguismo después de que también trascendiera la noticia de que el secretario general del PP, Teodoro García Egea, se había desplazado a Murcia para convencer a los tres diputados de Ciudadanos, que finalmente han renegado de la moción de censura.