Un grupo de científicos ha propuesto construir bajo la superficie de la Luna un depósito que contendría células reproductivas de 6,7 millones de especies de la Tierra, incluyendo espermatozoides y óvulos humanos, informó The New York Post.
La inestabilidad de nuestro planeta deja en situación de vulnerabilidad a sus especies y obliga al establecimiento de una bóveda de semillas en el satélite terrestre lo más pronto posible, aseguró el pasado fin de semana Jekan Thanga y su equipo de la Universidad de Arizona, en EE.UU.
En el marco de la Conferencia Aeroespacial del Instituto Ingenieros Eléctricos y Electrónicos (IEEE), estos ingenieros mecánicos explican que los desastres naturales, las sequías, los riesgos de asteroides y el potencial inicio de una guerra nuclear, entre otros peligros, convierten la idea en una "póliza de seguro global moderna".
En su presentación, titulada 'Fosas lunares y tubos de lava para un arca moderna', Thanga y su equipo plantean en concreto la construcción de refugios prefabricados dentro de unas fosas lunares descubiertas recientemente. Esos lugares brindan las condiciones ambientales perfectas para el almacenamiento de las células reproductoras, ya que soportan "grandes cambios de temperatura", además de ofrecer protección ante amenazas como la radiación y los meteoritos. Estos complejo de módulos cilíndricos estarían alimentados por paneles solares.
Este 'arca' preservaría las especies criogénicamente "hasta que la tecnología avance para luego reintroducirlas" en caso de ser necesario. Se trata de un proyecto necesario, principalmente por el "grave peligro de extinción" en que se encuentran muchas plantas y animales actualmente. Ya "ha habido pérdidas rápidas en las últimas décadas", resalta Thanga.
En cuanto al trasporte de las muestras hasta la Luna, Jakan estima que para lograr el objetivo y abastecer por completo el depósito se necesitarían 250 vuelos espaciales. A modo de comparación, la construcción de la Estación Espacial Internacional requirió en su momento 40 lanzamientos.
El concepto de una bóveda de semillas no es desconocido. En la isla ártica de Spitsbergen, en el archipiélago noruego de Svalbard, se ubica el renovado Banco Mundial de Semillas, también conocido como la 'bóveda del fin del mundo'. Inaugurado en 2018, tiene como objetivo conservar la biodiversidad agrícola del planeta. Aquí, los científicos almacenan semillas congeladas de los cultivos más importantes del mundo con el fin de proteger este material genético de posibles desastres.
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