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Un excontratista de la Marina de EE.UU. acusado de participar en el asalto al Capitolio es un simpatizante nazi y lucía un "bigote de Hitler"
Según sus excolegas de trabajo, el hombre exhibía "puntos de vista extremistas o radicales sobre el pueblo judío, las minorías y las mujeres".
El reservista del Ejército y excontratista de la Marina estadounidense Timothy Hale-Cusanelli, acusado de participar en el asalto al Capitolio de EE.UU., es un conocido supremacista blanco y simpatizante nazi e incluso fue reprendido por un supervisor por lucir un distintivo "bigote de Hitler", según revelaron nuevos documentos judiciales del caso.
Hale-Cusanelli fue arrestado el pasado 15 de enero como parte de la investigación sobre los disturbios en Washington, la cual podría convertirse en la investigación más grande en la historia del país.
El hombre, que trabajaba como contratista de seguridad en la Estación de Armas Navales Earle en Nueva Jersey en el momento de su arresto, está acusado de irrumpir en la sede del Congreso de EE.UU. el 6 de enero y de una serie de otros cargos relacionados con el asalto. A principios de este mes, presentó una moción solicitando al tribunal la libertad condicional mientras su defensa argumentaba que su cliente no es propenso a la violencia.
La Fiscalía disputó la moción citando a compañeros de trabajo en la base que indicaron que Hale-Cusanelli expresaba opiniones antisemitas y supremacistas blancas. Las 34 personas que fueron entrevistadas como parte de la propia investigación de la Marina dijeron que el excontratista tenía "puntos de vista extremistas o radicales sobre el pueblo judío, las minorías y las mujeres".
Según los relatos de quienes conocían a Hale-Cusanelli, este no se molestaba en ocultar sus puntos de vista antisemitas y pronazis e incluso lucía un "bigote de Hitler" en el trabajo, motivo por el cual fue reprendido por un supervisor de la base.
Si bien el excontratista admitió ante el FBI que participó en el motín, negó tener creencias antisemitas o neonazis. Su abogado, Jonathan Zucker, argumentó que el delito del hombre de ingresar al edificio del Capitolio equivale a un "traspaso", ya que no se involucró en actos de violencia o de destrucción de propiedad. "Él nunca agredió ni amenazó a nadie", sostuvo el letrado.
Unas 300 personas ya han sido acusadas en relación con el asalto al Capitolio y se espera que al menos otro centenar enfrente cargos por una variedad de delitos, según documentos judiciales. Desde el 6 de enero se han ejecutado unas 900 órdenes de registro, mientras la Administración de Biden ha decidido aumentar la seguridad en toda la sede legislativa.
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