La cuenca del río Amazonas podría llegar a convertirse en un factor que contribuya al calentamiento global, si es que no lo ha hecho ya, según un nuevo estudio.
Tras décadas de incendios forestales, sequías prolongadas y deforestación, el papel de la región del Amazonas como 'pulmón de la Tierra' requiere una revisión, según se desprende de un artículo publicado el pasado 11 de marzo por la editorial Frontiers a cargo de una treintena de científicos.
Los cerca de 7 millones kilómetros cuadrados de la cuenca liberan más gases de efecto invernadero de los que son capaces de consumir o retener sus plantas y suelos, algo que convierte a este territorio en un contribuyente neto al calentamiento. En otras palabras, la humanidad ya no puede contar con los que fueran sus 'pulmones' para compensar las emisiones de la quema de combustibles fósiles.
"La tala del bosque está interfiriendo con su absorción de carbono; este es un problema", sostiene el ecologista y autor principal del estudio, Kristofer Covey, del Skidmore College de Nueva York.
El equipo estimó que la vasta región, que abarca territorios pertenecientes a nueve países sudamericanos, emite actualmente más gases de los que absorbe de forma natural. Y no solo se trata del dióxido de carbono (CO2), sino también del óxido nitroso (N2O) y el metano (CH4), que se degradan más rápido en la atmósfera, pero atrapan hasta 300 veces más calor por molécula mientras flotan en el aire.
Las sequías prolongadas y recurrentes de la zona reducen la capacidad de absorción y retención de CO2 y también aumentan la probabilidad y la eventual propagación de incendios forestales cuando éstos se desatan, lo que se convierte en un círculo vicioso.
El equipo de investigación admite abiertamente que sus conclusiones llevan asociadas un alto grado de incertidumbre, debido a la escasa información que existe sobre varios tramos de la cuenca del Amazonas que cuentan con microclimas propios, pero que son casi imposibles de alcanzar y de analizar al mismo nivel que las partes cubiertas por el estudio.
Al ritmo actual, la cuenca del Amazonas podría pasar de ser un sumidero de carbono a una fuente de carbono atmosférico hacia el año 2035, según otra previsión que comparó el caso amazónico con el africano.
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