Un volcán ha entrado en erupción este viernes en la península de Reykjanes, en el suroeste de Islandia, después de que miles de temblores se registraran en el área en las últimas semanas, informó la Oficina Meteorológica del país (IMO, por sus siglas en inglés).
Según precisó la agencia, entre la medianoche y las 07:00 (hora local) de este viernes la península ha detectado unos 400 sismos leves, una actividad sísmica relativamente baja en comparación con las mañanas anteriores, cuando se contabilizaron "alrededor de 1.000 terremotos".
La IMO compartió las primeras imágenes de la erupción tomadas desde un helicóptero de la Guardia Costera. Según la información inicial de la agencia, la fisura del volcán mide unos 200 metros de largo.
Otras fotos compartidas por residentes locales en las redes sociales muestran un cielo nocturno de intensa tonalidad roja.
La erupción volcánica se localizó en el valle Geldingadalur, cerca de la montaña Fagradalsfjall, ubicada a unos 30 kilómetros al suroeste de la capital islandesa, Reikiavik.
Todo el tráfico aéreo, tanto salidas como llegadas, ha sido interrumpido en el aeropuerto internacional de Keflavik. "El código de color de vuelo es rojo", aunque en los sismómetros se aprecia "muy poca turbulencia", informó IMO.
La Policía islandesa ha emitido un comunicado en el que pide a los residentes que "mantengan la calma y que no se acerquen al lugar de la erupción bajo ninguna circunstancia", ya que que las carreteras deben estar despejadas para el rápido acceso a la zona de los rescatistas.
Davíð Már Bjarnason, portavoz de la Asociación de Búsqueda y Rescate de Islandia, indicó al periódico local Morgunblaðið que "todas las carreteras principales de la zona" han sido cerradas "para que la gente no se acerque demasiado".
En medio de los constantes temblores de hasta 5 grados en la escala de Richter que se registran en esa área, los expertos islandeses advirtieron a primeros de marzo de una posible erupción volcánica —la primera en esa zona desde el siglo XII—, aunque señalaron que se trataría más bien de una erupción de fisuras, sin explosiones de lava o cenizas lanzadas hacia el cielo. En esta modalidad, la lava fluye lentamente desde las grietas abiertas en el terreno.