El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, volvió a rechazar la aplicación de una cuarentena nacional en el país, a pesar del récord de muertes y casos diarios por coronavirus alcanzado en los últimos días.
En un discurso oficial brindado desde el Palacio de Planalto, el mandatario brasileño destacó el "récord" de creación de empleo alcanzado en enero de este año, con 260.000 nuevos puestos, y señaló que las medidas de restricción de circulación por la pandemia hacen "más pobres a los pobres".
"Algunos sectores importantes de la sociedad quieren un decreto de 'lockdown' (confinamiento) nacional o regional", reconoció el presidente, pero afirmó que políticas como esas, a las que comparó con un "estado de sitio", afectan a los trabajadores y estos pueden llegar a "la depresión y el suicidio".
"Respete la ciencia, no funcionó", sostuvo. Y agregó que "investigaciones serias en Estados Unidos muestran que la mayoría de la población contrajo el virus en casa".
En otro tramo del discurso, Bolsonaro cuestionó a quienes critican a su Gobierno y lo llaman "negacionista", y pidió dejar de "politizar" la cuestión de la pandemia. "Debemos luchar contra el virus y no contra el presidente", dijo.
"No sabemos cuándo esto va a acabar, si es que acaba" y "si se comprobara que un 'lockdown' de 30 días acaba con el virus acepto, pero eso no es así", manifestó el mandatario.
"¿Debería cambiar mi discurso? ¿Debería volverme más maleable? ¿Debería ceder? Si me convencen de lo contrario, lo haré. Pero todavía no me han convencido", declaró.
Según Bolsonaro, Brasil se ubica en quinto lugar a nivel mundial en cuanto a la inoculación de su población. El jefe de Estado aseguró que el Gobierno tiene 500 millones de dosis contratadas hasta el final de este año. Y prometió que próximamente el país producirá y exportará vacunas al mundo. "Somos algo excepcional", señaló.
Las declaraciones del presidente derechista se dan en momentos en que Brasil suma más de 2.000 muertos diarios en promedio en los últimos siete días, y con 24 de los 26 estados y la capital, Brasilia, en colapso sanitario.