Una adolescente de 13 años llamada Samah al Hadi fue asesinada en Sudán supuestamente por su propio padre, quien, según reportes, le disparó tres veces el 19 de marzo en la ciudad de Omdurmán. El acusado fue interrogado y liberado rápidamente, lo que generó una cascada de críticas ante la inacción judicial frente a la violencia sufrida por las mujeres y niñas en el país africano.
De acuerdo con las denuncias, el crimen de Samah al Hadi ocurrió luego de que la menor pidiera cambiar de escuela para poder seguir asistiendo con sus amigas. Como el padre se negó, dejó de ir a clases. El viernes 19 de marzo, la adolescente salió de casa y cuando el hombre se enteró, la buscó con el auto y la atropelló, fracturándole una pierna y un tobillo. Luego la llevó de vuelta a casa, donde acabó con su vida.
Entre las personas que alzaron su voz está la novelista y poeta Kaltoum Fadlallah, quien definió lo ocurrido como el "más claro y más feo crimen contra mujeres y niños". "Para proteger los derechos de Sama queremos que reabran el caso, reexaminen su cuerpo y detengan a todos los involucrados", expresó. En ese sentido, agregó que "lo que ha sucedido pondrá a todas las familias bajo el riesgo de violencia".
En reclamo de justicia se presentó una petición en Internet para que las autoridades iniciaran una investigación apropiada sobre el caso, que ya obtuvo más de 2.200 firmas. Frente a los reclamos, la Policía local reabrió la causa el pasado martes.
Más denuncias
El caso provocó que otros crímenes cometidos en el seno familiar salieran a la luz, como el de Sajida Omer, una estudiante de Darfur del Norte, quien habría sido asesinada por su padre y su hermano por haber llevado a un hombre a su granja. Por este caso no hubo ningún detenido, mientras que el cuerpo fue enterrado sin que la autopsia fuese realizada.
Según Al Noor Mohamadian, una activista de la misma ciudad en la que ocurrió el hecho, los tíos de la víctima intentaron llevar el caso a la Justicia, pero fueron convencidos de resolverlo a nivel familiar. "Se entiende que su padre le pagó a la Policía para cambiar la historia y decir que ella se envenenó", lamentó.
Por su parte, Ahmed Sibair, abogado de derechos humanos de Jartum, señaló que los crímenes contra mujeres y niñas aumentaron desde el inicio de la pandemia. Agregó que por el asesinato de sus hijos, un hombre podría ser condenado a entre tres y cinco años de cárcel y ser liberado. "La Policía y el sistema judicial de Sudán se basan en compensaciones y en la solución de problemas" en vez de juzgarlos, concluyó.