"Si somos un lastre, tomen otro barco": la advertencia de Alberto Fernández a Lacalle Pou al celebrar los 30 años del Mercosur

El presidente argentino encabezó la conmemoración en la que participaron sus colegas de Bolivia, Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay.

La conmemoración de los 30 años del Mercado Común del Sur (Mercosur) culminó este viernes con un enfrentamiento entre los presidentes de Argentina, Alberto Fernández, y Uruguay, Luis Alberto Lacalle Pou, en torno a las políticas de flexibilización comercial del bloque.

"Obviamente que el Mercosur pesa, obviamente que su actividad de producción pesa en el concierto internacional, lo que no debe ser es un lastre, no estamos dispuestos a que sea un 'corset' en el cual nuestro país no se pueda mover", advirtió Lacalle durante una intervención que destacó por su tono crítico hacia el funcionamiento en general de este grupo de países.

"Quisiera quedarme con la expresión de la mayoría de nosotros, que es la expresión de seguir encontrando mecanismos para avanzar, de consenso y fundamentalmente que todos podamos sentirnos hermanos. Si nos hemos convertido en otra cosa, en una carga, lo lamento, la verdad es que no queremos ser una carga para nadie", respondió Fernández en tono enojado al clausurar una Cumbre que terminó marcada por la tensión.

"Hago hincapié en terminar con esas ideas que ayudan tan poco a la unidad, en momentos en que la unidad tanto nos importa. No queremos ser lastre de nadie. Si somos un lastre, que tomen otro barco. Para mí es un honor ser parte del Mercosur", agregó.

Hasta ese momento, la reunión se había desarrollado sin mayores incidentes y de manera virtual, ya que la cita programada originalmente en Buenos Aires se suspendió debido al rebrote de la pandemia de coronavirus en todos los países de la región.

En la sesión participaron Fernández, como anfitrión, ya que es el presidente temporal del Mercosur, Lacalle Pou, y los mandatarios de Bolivia, Luis Arce; Brasil, Jair Bolsonaro; Chile, Sebastián Piñera y Paraguay, Mario Abdo Benítez.

La mayoría de ellos se refirió a la emergencia sanitaria y apeló a un trabajo conjunto más allá de las diferencias ideológicas. Incluso Bolsonaro, famoso por sus exhabruptos, se mostró inusualmente conciliador, pero Lacalle optó por hablar solamente de temas comerciales para exigir una mayor flexibilización que le permita a Uruguay firmar acuerdos de libre comercio por sí solo.

Integración

Al inaugurar la ceremonia, Fernández insistió en diversas ocasiones en la importancia de la unidad del bloque y propuso la creación de tres observatorios para prevenir la violencia de género, cuidar el medio ambiente y defender la democracia.

Los 30 años del Mercosur, dijo, representan un momento oportuno para hacer un balance honesto. "Debemos estar orgullosos de lo que hemos logrado, hemos alcanzado consensos fundamentales, un compromiso con la democracia como condición fundamental para nuestros pueblos y el respeto a los derechos humanos como valor esencial para la convivencia", dijo al advertir que este grupo debe proteger a los gobiernos democráticos y a las instituciones.

Con respecto a la pandemia, reconoció que complejizó todavía más la tarea de gobernar porque es un imponderable que ha desestructurado las bases del funcionamiento del mundo, lo que demanda respuestas cooperativas.

"Desde su creación, el Mercosur nos ha permitido avanzar de una lógica de rivalidad a una de cooperación, fue un espacio catalizador de principios y valores que compartimos, que ha consolidado instituciones democráticas y ha sentado las bases para dejar atrás dictaduras y gobiernos de facto", presumió.

Luego habló Bolsonaro, quien apostó por modernizar el bloque y ampliar negociaciones comerciales extrarregionales, pero sin que las diferentes perspectivas de los gobiernos afecten el proceso de integración.

"Estamos reunidos en un momento difícil por desafíos que debemos enfrentar como una oportunidad para poder fortalecer nuestros principios más nobles como libertad y democracia. Reafirmo mi solidaridad con las familias en profundo duelo por la pérdida de vidas y por el sufrimiento que la pandemia ha provocado a nuestros pueblos", señaló en medio de la grave crisis política que enfrenta su Gobierno, debido al saldo de más de 300.000 muertos que ha dejado la pandemia que él siempre minimizó.

Abdo Benítez, el presidente paraguayo que acaba de evadir un juicio político en medio del colapso de los servicios de salud en su país, se sumó al llamado a continuar negociaciones comerciales con otros países y bloques, pero sin perder de vista la importancia de la integración regional.

"El Mercosur se ha constituido en un instrumento de unión y estabilidad en la región, no podemos permitir que las ideologías contaminen el proceso, que nos dividan, tenemos que ser un ejemplo de tolerancia", convocó.

Críticas

Fue entonces que tocó el turno de Lacalle Pou, quien criticó con dureza las limitaciones que el Mercosur impone a los países miembros.

"No es tiempo de hablar de pasado, somos hijos de este momento histórico para la humanidad y el bloque. Mercosur ha tenido más aciertos que errores y no nos debe conformar", dijo.

Para justificar su reclamo de cambios en el Mercosur, aseguró que "el pueblo uruguayo" le exige oportunidades de progreso. "Responder a ese clamor no significa atentar contra intereses de otros pueblos, al contrario, estamos convencidos de que muchas propuestas son del beneplácito del resto de los países", afirmó.

El presidente uruguayo afirmó sin reparos que no estaba conforme con las negociaciones que se llevan a cabo con otros bloques porque la no concreción de acuerdos termina generando frustraciones.

Como ejemplo citó el caso del acuerdo Mercosur-Unión Europea en el que se ha trabajado durante décadas. "Pero falta mucho camino por recorrer y eso genera cierto escepticismo, tenemos que sincerar ese proceso para ver si vamos a llegar a buen puerto", dijo.

También criticó que Mercosur no haya avanzado lo suficiente en mercado como el asiático. Ahí fue cuando advirtió que el bloque no debe ser "un lastre" y exigió que se tomen decisiones inmediatas para flexibilizar y que Uruguay pueda manejarse por su cuenta porque "después de 30 años no hay tiempo para grandes diálogos y comisiones. Hay que actuar. Es con el Mercosur pero también con la libertad que nuestro país necesita y merece".

Finalmente, Arce conminó a terminar el proceso de adhesión de Bolivia como miembro con derechos plenos, para lo cual solo falta la ratificación del Parlamento de Brasil, y Piñera convocó a concretar la convergencia entre la Alianza del Pacífico y el Mercosur para lograr una integración más plena.

Cecilia González