Científicos determinan cuántos minutos tardó la erupción del Vesubio en destruir Pompeya

Los investigadores desarrollaron un modelo matemático capaz de estimar las consecuencias que tuvieron los flujos piroclásticos sobre el terreno y las personas que se encontraban en el lugar al momento de la catástrofe.

Un nuevo estudio publicado en Nature determinó que la duración de los flujos piroclásticos de la erupción del Vesubio que destruyeron a la antigua ciudad romana de Pompeya, en el sur de Italia, fue de entre 10 y 20 minutos.

Los científicos llegaron a esta conclusión tras desarrollar un modelo matemático que permitió realizar simulaciones numéricas capaces de estimar las consecuencias que tuvieron los flujos piroclásticos sobre el terreno y las personas que se encontraban en el lugar en el momento de la tragedia.

El flujo piroclástico es una mezcla de gases volcánicos, materiales sólidos y aire que son expulsados por un volcán durante el proceso de erupción y que se expanden por el suelo a gran velocidad y a altas temperaturas.

El estudio consignó que las personas presentes ante estos fenómenos se exponen a una alta probabilidad de quemaduras mortales en la piel y de lesiones por inhalación en el tracto respiratorio superior e inferior. Los científicos concluyeron que los seres humanos pueden sobrevivir a una exposición de aire caliente puro de 200 a 250 grados durante un periodo de 2 a 5 minutos, pero la existencia de ceniza fina caliente disminuye determinantemente los tiempos de supervivencia en este tipo de situaciones. 

Roberto Isaia, investigador del Observatorio Vesubiano del Instituto Nacional de Geofísica y Vulcanología (Italia) y coautor del trabajo, comentó que este modelo es replicable para los volcanes activos actualmente en todo el mundo y que "la metodología aplicada puede proporcionar nuevos elementos de conocimiento en el campo de la evaluación del peligro de una estructura volcánica activa".

La catástrofe natural destruyó en el año 79 d. C. Pompeya, Herculano y otras localidades del Imperio romano. Actualmente continúan apareciendo en la zona restos humanos, objetos e infraestructuras con un alto nivel de conservación debido a los efectos de la erupción volcánica. 

El área en la que ocurrieron estos acontecimientos es hoy una zona de gran interés para investigadores de distintas áreas desde que comenzaron las primeras excavaciones arqueológicas a mediados del siglo XVIII y también una de las destinaciones turísticas más visitadas de Italia.