El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro afirmó este jueves que en caso de que decida aplicarse la vacuna contra el coronavirus, será el último en hacerlo, porque es su deber como jefe de Estado colocarse al final de la fila.
A lo largo de la pandemia, que ya se ha cobrado la vida de más de 325.000 personas en el gigante sudamericano, Bolsonaro fue uno de los gobernantes más escépticos frente a la gravedad de la enfermedad, señalando en varias ocasiones que no se pondría la vacuna. Sin embargo, recientemente parece haber cambiado su discurso y admitió la posibilidad de ser inmunizado.
"Después de que el último brasileño sea vacunado y si estuviese sobrando una vacuna, yo voy a decidir si me vacuno o no, ese es el ejemplo que un jefe [de Estado] tiene que dar. Igual que en el cuartel donde el comandante es el último en la fila", declaró el mandatario en una transmisión en sus redes sociales, además de recordar que él ya tuvo covid-19 el año pasado.
Bolsonaro incluso prometió aumentar la tasa de vacunación a nivel nacional. "Pretendemos, en los próximos días, aplicar un millón de dosis al día en Brasil", aseguró el líder ultraderechista.
Por otra parte, el presidente también aseveró que "Brasil se encuentra entre los 10 países, en números absolutos, en los que más se aplica la vacuna". Sin embargo, según recogen medios locales, desde que comenzó la vacunación a fines de enero, se ha inoculado a 17,6 millones de personas, lo que corresponde al 8,32 % del total de la población brasileña, cuya cifra sigue siendo baja respecto a otras naciones.
Ante la grave situación sanitaria y presionado por la mala gestión de la pandemia, en las últimas semanas, Bolsonaro ha impulsado la compra de vacunas, ha cambiado a tres ministros y ha creado una comisión permanente para hacer frente al covid-19.