El pasado 25 de marzo objetos brillantes surcaron el cielo nocturno para el asombro de los estadounidenses. El Servicio Meteorológico Nacional en Seattle aclaró que se trató de los restos de la segunda etapa del cohete Falcon 9 de SpaceX, que dejaron estelas similares a las de un cometa mientras se estaban quemando después de reingresar en la atmósfera de la Tierra.
Una parte de aquellos restos aterrizó en una granja en el estado de Washington. Un granjero encontró una pieza casi intacta del cohete en un campo privado. Resultó ser un recipiente a presión de aproximadamente 1,5 metros, utilizado para almacenar helio, que dejó una abolladura de unos 10 centímetros en el suelo, detalló el portavoz del sheriff del condado de Grant, Kyle Foreman, quien agregó que nadie resultó herido.
El granjero sospechó que el objeto caído podría ser parte de los restos del cohete y alertó a las autoridades locales, que respondieron este lunes y contactaron con los representantes de SpaceX. Desde la compañía, a su vez, confirmaron que fue parte de su nave espacial y retiraron la pieza.
Con información de AP