El canciller de Venezuela, Jorge Arreaza, informó este martes que solicitará a México que actúe como mediador para abrir canales de diálogo con el Gobierno de Colombia a fin de atender la situación fronteriza donde actúan grupos irregulares armados colombianos.
Las declaraciones de Arreaza fueron ofrecidas durante una rueda de prensa con medios de comunicación, desde el Palacio de Miraflores, sede del Ejecutivo venezolano en Caracas.
El canciller venezolano indicó que enviarán una misiva a su homólogo mexicano, Marcelo Ebrard, en la que solicitarán al presidente Andrés Manuel López Obrador y su Gobierno, sus buenos oficios para "abrir canales de comunicación con Colombia", así como una vía directa de entendimiento para atender la situación fronteriza.
Arreaza acotó que la petición se hace porque México tiene la Presidencia pro tempore de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac).
"México está ejerciendo la presidencia pro tempore este año, y [esperemos que] también actúe y logremos tener canales de comunicación y logremos garantizar la paz regional", subrayó Arreaza, quien recordó que en diciembre de 2014 la Celac –por unanimidad– se declaró zona de paz.
Dos semanas de enfrentamientos en la frontera
Este llamado, dijo Arreaza, se hace en el mismo tono que se enviaron misivas a la Organización de las Naciones Unidas (ONU), al Consejo de Seguridad y a su secretario general, António Guterres, para que actúan como mediadores del conflicto con Colombia.
"Ojalá haya alguien del lado colombiano con quién conversar, yo ya no pierdo tiempo pidiéndole a la canciller [Claudia Blum]. Yo bastante le escribí –en paz descanse– al excanciller y exministro de la defensa, Carlos Holmes Trujillo, pero no se pudo. Una vez me lo atravesé en un pasillo de la ONU y me saludó con mucha cordialidad, pero luego me dijo: 'No estoy autorizado a hablar con usted'. Imagínense ustedes la locura, un canciller que no está autorizado a hablar con el canciller del país vecino", comentó Arreaza.
Los enfrentamientos entre el Ejército venezolano y grupos irregulares colombianos en el fronterizo estado Apure cumplen casi dos semanas. El saldo de esos choques armados ha sido el desplazamiento de población civil, la muerte de ocho soldados de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB), atentados contra organismos públicos en Venezuela, ataques con minas antipersona, y una lluvia de acusaciones mutuas entre Caracas y Bogotá.
Mientras el Gobierno venezolano señala a Colombia de haber descuidado la frontera para facilitar la actividad de las organizaciones criminales y "tercerizar" un conflicto con Venezuela, desde la Casa de Nariño acusan a Miraflores de amparar a una fracción guerrillera para otorgarles el control del territorio y convertirlo en una vereda para el narcotráfico.